Un salón con clase Para los japoneses, el salón es un “i-má”, un “espacio de vida”. Porque se puede cambiar su tamaño según la disposición de los “fusuma”, las típicas puertas deslizantes de madera y papel. Algo parecido ocurre en este piso barcelonés, en el que las puertas correderas supusieron un gran cambio que permite separar o unir los espacios a capricho. Sofás, cojines de Romo y Zinc, mesa de Merc&Cía y cortinas de VillaNova, en Pia Capdevila. Espacios conectados En la zona de día, despacho, comedor, salón y cocina pueden componer un gran espacio abierto... o aislarse. Una puerta corredera camuflada tras la biblioteca permite cerrar el despacho, y otra vista en el otro extremo, la cocina. Al unirlos se crea un gran espacio familar “muy vivible”, como pidieron los propietarios a la interiorista Pia Capdevila. Mesa de Rivièra Maison, sillas Luis XVI, lámparas de Santa & Cole y parquet de L’Antic Colonial, en Pia Capdevila Interiorismo. Biblioteca a medida La interiorista Pia Capdevila eliminó los tabiques para redistribuir el piso, de forma cuadrada. “Lo partimos por la mitad, a derecha la zona de día y a izquierda la de noche –explica–. Y los dos baños en un cubo central, con la biblioteca en un lateral. Es cómodo, con tránsito circular. Y aprovecha su gran cantidad de luz natural”, explica. La estantería que se alarga por el pasillo se diseñó a medida, de roble lacado y con trasera de madera. El rincón de lectura La puerta corredera funciona como un gran tabique móvil, dotando al piso de un aire moderno. Mientras, la chaise longue aporta un toque más clásico, gracias a sus sinuosas líneas y trasera vista. Chaise longue modelo Victoria de Crearte, en Pia Capdevila. Pieza vintage “Para darle calidez le hemos dado protagonismo a la madera con grandes piezas, como el vajillero del office”, dice la interiorista. Aparador de madera y hierro de Brucs, con puertas de cristal para aligerarlo. Encimera de la cocina de Krion, una mezcla de minerales y resina. Más luz Las puertas correderas, acristaladas, hacen que la luz del salón llegue a cada rincón del interior. El aparador de madera reciclada lo separa del comedor. Aparador, modelo Box Wood, de Crisal. Muebles que dejan pasar la luz La idea que le transmitió la familia fue: pocos espacios pero luminosos, grandes y cómodos. “Los delimitan los muebles y las puertas correderas. Aunque son grandes, el cristal translúcido y el lacado en blanco roto las aligera”. Pia y la propietaria del piso lo diseñaron todo al milímetro. El mueble bajo la ventana, que aprovecha la zona baja para guardar y como superficie extra de apoyo, y la puerta corredera, diseñados a medida por Pia Capdevila. Alfombra de seda y lino, de BSB. Cocina integrada Se emplearon las mismas lamas de roble del parquet para forrar la trasera de la biblioteca y el salpicadero de la cocina, con una isla central abrazada al pilar, protegiendo el resto de la cocina de la zona de humos. Aquí, una mampara similar a las puertas oculta el lavadero. Muebles de Santos, campana y placas de Neff. Mesa de Sturdy Legs del estudio de la decoradora. Capitoné hasta el techo Junto a la cama, arropada por un cabecero tapizado que llega hasta el techo, las mesillas se amplían con módulos de almacenaje beige. "Es otra forma de tener a mano los libros", dice Pia. Otro detalle con estilo que hace la vida más fácil. Cabecero, de La Maison. Mueble lacado y cojines con tela a rayas de Mark Alexander, de Pia Capdevila. Un vestidor de ensueño La suite principal comunica con un vestidor de ensueño, que ocupa todo el lateral de la pared y, separado del dormitorio por una puerta corredera oculta, queda aislado o comunicado cuando es necesario. Vestidor, lacado y a medida, de Pia Capdevila. Tiradores de Arcón y espejo de Pomax. Orden vertical Un armario a medida con huecos abiertos ocupa los laterales de la cama y regala espacio extra para guardar. Aplique de Faro, espejo antiguo de Lalithama y banqueta retapizada por Pia Capdevila. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .