Abigail y su familia vivían antes en un piso. “En un momento surgió la oportunidad de esta casa. Yo no estaba tan convencida, pero las niñas y mi marido tenían tanta ilusión, que al final nos decidimos”, nos cuenta. “Nos enamoramos en cuanto entramos, ¡es una casa con duende! Pero yo no tengo visión espacial, así que le dije a mi marido 'es una pena que una casa como esta no la sepamos lucir'. Quería algo con color, pero también acogedora y atemporal. Y así fue como llegamos a Ana Pardo de Santayana y sus hijas, Santayana Home”.

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