El inevitable momento en que los hijos, ya mayores, vuelan con sus propias alas y dejan el nido vacío asusta a muchos padres, pero, si lo miraran desde otro punto de vista no tiene por qué ser necesariamente así. Por un lado, significa que el trabajo está bien hecho: se se valen por sí mismos. Por otro, que la fiesta acaba de empezar (¡otra vez!).
¿Te gusta conducir? ¿Quién no recuerda el mítico anuncio? Ahora puedes hacerte la misma pregunta con diferentes verbos, por ejemplo, ¿te gusta cocinar? Porque no es lo mismo esa batalla para que todos tus hijos coman sano que el placer de organizar una cena para tus amigos mientras ensayas una receta exótica.
¿Te gusta decorar? Porque no es lo mismo organizar el baño entre chillidos de adolescentes que colocar tus perfumes según las sensaciones que te provocan. Ya sea con tu pareja, ya sea en solitario, es el momento de decir en voz baja, pero firme como hacía Nicole Kidman al final de Los Otros: LA CASA ES NUESTRA.
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