¡Que no falte! ¡Que no se queden con hambre! Tras el clásico miedo de hacer comida que se quede justa para los invitados, nos encontramos cada año con la nevera a rebosar, con un montón de sobras y con muchas dudas. Y es que después de sorprender con nuestras recetas de Navidad, no queremos echar a perder toda la comida sobrante. Repasamos todo lo que puedes guardar, congelar y reversionar para hacer otros platos. Y también, claro, cómo hacerlo y cuánto tiempo se conservará en buenas condiciones de salud y de sabor. 

Cómo podemos aprovechar las sobras

  • Las aves (pollos, pulardas, pavo...)se usan para hacer el más clásico de los aprovechamientos, los canelones, que ya han pasado de ser un plato de sobras a uno de primera división. Recuerda que los canelones dan mucho juego y pueden rellenarse de mil cosas, como mariscos. También puedes usar las carnes para hacer croquetas.
  • Los mariscos puedes desmenuzarlos o cortarlos y servirlos en una ensalada que puede aliñarse con una vinagreta de naranja o una salsa mayonesa aligerada. Si son gambas o langostinos sin salsa, también puedes hacer un revuelto (con trigueros, por ejemplo) o completar una sopa de pescado.
  • Los pescados desmenuzados pueden usarse para rellenar pimientos del piquillo (si no tienen salsa, puedes ligarlos con una bechamel espesa), hacer albóndigas o buñuelos.
  • Los postres: Los turrones y polvorones pueden transformarse en ingredientes para cremas, helados y cupcakes.
  • El pan, además de congelarlos o rallarlo, puedes hacer picatostes o cortarlo en rebanadas y hornearlo. Así tendrás el típico pan tostado, pero casero.

Y recuerda que como la mayoría de estos platos suelen ser muy calóricos y ya estamos saturados, los puedes elaborar y congelar para consumir más adelante.

Cómo recalentar

Asegúrate de que todos los ingredientes se calienten por completo. En las piezas grandes el alimento debería alcanzar los 70 °C y el recalentamiento debe ser tan rápido como sea posible. Las sopas o caldos deberían llegar a hervir, siempre y cuando no se altere la textura del plato. En el caso de las verduras, es mejor no recalentarlas si ya están cocinadas, porque aumenta la proporción de nitritos.

Si usas el microondas, remueve los alimentos a mitad de la cocción para evitar que queden zonas frías en la que las bacterias podrían sobrevivir. Es muy importante evitar recalentar los alimentos una y otra vez porque su calidad disminuye mucho, así que valora la cantidad que vas a consumir antes de hacerlo.

Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter.