Las alcachofas, conocidas científicamente como Cynara scolymus, son brotes inmaduros de una flor de la familia de las asteráceas. Originarias del Mediterráneo, estas verduras espinosas son apreciadas por su sabor único y su versatilidad en la cocina. Su parte comestible se encuentra en el corazón y en las hojas exteriores tiernas.

Pero, eso sí, las alcachofas o te gustan o no te gustan. Y es que este vegetal verde tiene un aspecto, una textura fibrosa y un sabor de los más peculiares, características culinarias que, muchas veces, no son aptas para todos los paladares, ¡con la cantidad de nutrientes que tienen! Porque las alcachofas pueden resultar un tanto amargas, pero no podemos negar que son una auténtica joya nutricional y que deberíamos consumirlas con frecuencia.

En términos nutricionales, las alcachofas son ricas en fibra, antioxidantes y vitaminas esenciales como la vitamina K y la vitamina C. Además, contienen compuestos beneficiosos para la salud hepática y la digestión, haciendo que sean una elección inteligente para aquellos que buscan mejorar su bienestar general. Aunque si las consumes con frecuencia, seguro que, más de una vez, se te han puesto negras al cortarlas. A continuación, te contamos por qué se produce este fenómeno y cómo puedes evitarlo.

¿Por qué las alcachofas se ponen oscuras cuando las cortamos?

Cuando cortas una alcachofa, te puedes encontrar con un fenómeno común, pero, que, a su vez, resulta bastante desconcertante: la oxidación. Esta oxidación es debida a la exposición al aire exterior, exposición que provoca que las enzimas de la alcachofa (como la polifenoloxidasa) reaccionen con el oxígeno y que, como consecuencia, se formen diferentes compuestos, como la melanina, la cual es la encargada de producir este cambio de color hacia tonos más oscuros, como el marrón o el negro.

Y es que, aunque este proceso de oxidación sea una respuesta natural del vegetal, el aspecto en el que deja a nuestras alcachofas, negras y oscuras, no nos gusta tanto porque afecta a la presentación final del plato. Y no solo eso, esta oxidación también puede afectar al sabor y a la textura de la alcachofa, e, incluso, a su proceso de conservación. Por eso, es importante que sepas qué tienes que hacer para evitar que las alcachofas se pongan negras.

Alcachofa cortada por la mitad.

Alcachofa cortada por la mitad.

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Cómo evitar que las alcachofas se pongan negras

Para evitar la oxidación de las alcachofas al cortarlas, puedes aplicar algunos de estos cuatro métodos (muy fáciles de hacer, por cierto):

  • Limpieza inmediata: Después de cortar las alcachofas, sumérgelas inmediatamente en agua con zumo de limón o vinagre. Estos líquidos, al ser ricos en ácido ascórbico (vitamina C), ayudarán a prevenir la oxidación.
  • Usa utensilios de acero inoxidable: Evita el uso de utensilios de cobre o aluminio al cortar las alcachofas, estos metales pueden acelerar el proceso de oxidación. Lo mejor es que uses cuchillos, tijeras y utensilios de acero inoxidable.
  • Cocínalas en cuanto las cortes: Si es posible, cocina las alcachofas justo después de cortarlas. El calor que recibirán al ser cocinadas detendrá el proceso de oxidación y preservará su color original.
  • El perejil, también buena opción: Al perejil le pasa como al limón y al vinagre, contiene ácido ascórbico (vitamina C), el cual, gracias a su efecto antioxidante y acidulante, evita el desarrollo del oscurecimiento que provoca la oxidación. Para ello, sumerge las alcachofas en un cuenco con agua y una gran cantidad de perejil.