Guardar por guardar. Un error que muchos padecemos y que es una costumbre que solo se traduce en menos espacio y más desorganización. Y aquí está el quid de la cuestión: el orden. Poco a poco nos vamos concienciando que no solo mejora nuestra vida en casa, también nos ayuda a organizarnos en otros aspectos y a ser más felices. Tener el espacio donde vivimos ordenado es sinónimo de calidad de vida.

Sí, porque todas las tendencias de orden que nos han llegado, primero desde países orientales, más tarde de los nórdicos y a los que ya nos hemos sumado como expertos, lo que nos han enseñado es que el orden, incluido el orden en la cocina, repercute directamente en nuestro bienestar.

[En este vídeo te damos todas las claves para una cocina en orden. ¡No te lo pierdas!]

Marie Kondo con La Magia del Orden y La Felicidad marcó un antes y un después con su método para que hasta el más despistado organizara su vida. De ella aprendimos la importancia de deshacernos de lo que no necesitamos, de lo que guardamos por guardar. Deshacerse no significa necesariamente tirar. En muchas ocasiones sí, pero también es reciclar, donar, regalar… Puede que lo que a ti no te vale, a otro le sirva.

Pero a la kondomanía le siguieron las corrientes nórdicas hygge o lagom, que aunque más centradas en la tranquilidad en casa y encontrar el equilibrio, dedican un apartado de sus filosofías al orden y a la necesidad de practicar eso de menos es más.

En nuestro país contamos también con gurús del orden que ponen en práctica como especialistas la necesidad de “renovarse o morir”, aunque también encajaría "organizarse o morir", como son María Gallay, de Organizacióndelorden.com, y Cloti Martínez de Reorganizarte.com, que nos han ayudado a reconocer los 30 objetos que todos deberíamos tirar de nuestra cocina ya de ya. ¡Ahí van!

1. Tuppers viejos y sin tapa

¿Por qué será que desaparecen las tapas? ¿Habrá un agujero negro en el armario? Saca todos los tuppers y revísalos, aprovecha para deshacerte de los que no tienene tapa y de los que ya no recuperan su color por mucho que los laves. Luego, ordénalos. María Gallay nos recomienda lo siguiente: "un kit de tuppers apilables de la capacidad que solemos necesitar es suficiente".

Tuppers en la cocina.

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2. Ollas y sartenes a revisión

Con el uso todo se desgasta. Es el momento de analizar el estado de tus sartenes y ollas. ¿Teflón en mal estado? ¿Zonas quemadas en el fondo? ¿Mangos rotos? ¡A la basura ya! No solo es cuestión de estética, además puede suponer un riesgo para la salud.

3. Abre el cajón de los cubiertos

Cubiertos que no sabes de dónde salen. No eres la primera que cuenta con un mix variado en el cajón. Al final, sin saber cómo, has conservado ese cuchillo de promoción que te regalaban, algunas cucharillas que seguro han venido de otras casas, el tenedor que has traído de la oficina sin querer... Quédate solo con las piezas de tu cubertería.

4. Utensilios para cocinar repetidos

Paletas, cazos, cucharones, espumaderas… ¿Cuántos necesitas? Piénsalo. Solo uno de cada y como mucho un par de paletas de diferente tamaño. No guardes por guardar accesorios de cocina. Para la experta en organización Cloti Martínez, deberías tirar "las cucharas y utensilios de madera duplicadas, triplicadas... Solo necesitas una. Y por extensión todos los cubiertos, palas, pinzas, etcétera."

Utensilios de cocina en la encimera. 

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5. Pequeños electrodomésticos de exposición

La licuadora, la yogurtera, la máquina para hacer pasta… ¿Para qué los guardas? Puede que estos pequeños electrodomésticos los hayas heredado o que te los compraras en un impulso. Pero si no los usas, están ocupando un valioso espacio que te servirá para reorganizar tu cocina.

6. Paños y manoplas deteriorados

Generalmente, al fondo en el cajón se acumulan los trapos más antiguos, con algún roto o manchas imposibles de sacar. Si tiras de los que quedan en la parte de arriba, es el momento de desenterrar los trapos viejos de abajo y tirarlos. Aprovecha y revisa las manoplas: si están quemadas, despídete. "Es mejor tener 5 paños en condiciones que sequen bien que dos docenas de paños históricos", indica Gallay.

7. Manteles amarillentos o manchados

Qué desagradable es ir a poner la mesa y descubrir las manchas amarillentas en el mantel. Esas que no hay manera de sacar. La mantelería debe estar impecable y lo que no tiene solución, mejor a la basura. Y con las servilletas, más de lo mismo.

Cocina con cajón lleno de manteles. 

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8. Tablas de cortar en mal estado

Ya sean de madera o de plástico, las tablas de cortar tienen una vida útil. Puede que las tuyas exhiban orgullosas cientos de cortes y manchas, pero tu cocina, los alimentos y tu salud agradecerán que las renueves.

9. Alimentos que nunca vas a cocinar

Suelen estar al fondo del armario. Y no es que te hayas olvidado (que también), es que por una razón u otra nunca los cocinas. Respira hondo, sumérgete en la despensa y rescata esos paquetes y botes que o bien te trajeron de un viaje –como la pasta que viene de la escapada italiana- o compraste tú en un impulso.

10. Accesorios de repostería que no has usado en 3 años

Sí, vale, te encantaría dedicarte a la repostería, la llevas dentro, pero no la sacas nunca. Guardas moldes, gadgets de lo más variado, mangas pasteleras, papeles de magdalenas… y nunca horneas nada. Ármate de valor y regala lo que no vayas a usar. Seguro que tienes alrededor alguien que le puede dar un buen uso.

Cocina con cajón con separador de madera, proyecto de Deulonder.

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11. Menaje desparejado

Un plato suelto de una vajilla que desapareció y que nunca sacas, una jarrita olvidada, una sopera desportillada… revisa tu menaje y deshazte de las piezas rotas o desparejadas. Cloti Martínez nos recuerda que, al deshacernos de platos, tazas y vasos descascarillados, que la vida es solo una, así que "usa todos los días las cosas bonitas que tienes, no vale la pena vivir almacenando para ocasiones especiales y ver cada día objetos dañados".

12. Los veinte mil botes de cristal que guardas

Cada vez que cae uno en tus manos lo limpias y lo guardas. Para rellenarlos con mermelada casera, tomate frito, restos de caldo, congelar lentejas… Pero algunos tienen restos de pegamento de las etiquetas, tapas algo oxidadas por el interior o el borde desportillado. Quédate solo con los que estén en mejor estado y de los tamaños que más uses.

13. Especias caducadas

¡Lo que nos gustan los botecitos de las especias! Con esos colores, en tamaño mini… ¿pero acaso usas el estragón en tus platos? No se trata de deshacerte de lo que usas, pero hay condimentos que no pondrías nunca en tus recetas. Y es más, algunos acumulan años de vida. Revisa fechas y deja hueco.

Cocina con cajón de especias, proyectada por la constructora Sic Bosch y Deulonder. 

14. Recetas que se pierden por los rincones

Un recorte de una revista o un papel en el que anotaste los ingredientes de una tarta que probaste hace años… Es asombroso lo que puede aparecer en el fondo de un cajón o de varios. ¡Tendrías para hacer un recetario! ¿No crees que estaría mejor recopilar todas las recetas que andan sueltas, hacer limpieza porque guardas una de salmón y en casa nadie lo come y organizarlas todas en una caja o carpeta?

15. Pilas, gomas y mecheros que se acumulan

Es algo que con frecuencia acaba en un cajón de la cocina. Incluso comparten presencia con algún tornillo o bombilla. ¿En serio? Seguro que puedes hacer limpieza y tirar y reciclar. Como después de estas ideas ganarás espacio en los muebles, destina una caja para organizar en ella solo las pilas con carga y las bombillas que funcionen. ¡Limpia y ordena el cajón de sastre de la cocina!

16. Tés e infusiones con solera

Porque no las tomas, las compraste o te las regalaron y, aunque lo has intentado, no te gustan. O porque, sencillamente, tú eres más de café. Pues ¡manos a la obra! Revisa las cajas de té e infusiones y quédate solo con las que consumas.

Alacena de la cocina con tés, galletas e infusiones.

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17. Cuchillos que no cortan

En lugar de afilarlos, siempre acabas comprando cuchillos nuevos. Así que, ya puedes deshacerte de los que no cortan. Otra opción es llevarlos a afilary darles una nueva vida. Pero no sirve guardarlos para cuando lo hagas si no sabes ni dónde tienes un afilador cerca de casa.

18. ¿Cuántas bandejas utilizas realmente?

Una, dos, tres, ¿cuatro como mucho? Dedícale un minuto a pensar en ello, en cuántas tienes y cuántas veces las usas. Y ahora, sé consecuente y deshecha las bandejas más antiguas o en las que peor estado estén.

19. Pan duro (y olvidado)

En una bolsa detrás de la puerta de la cocina o en una panera. Allí guardas trozos de pan que han sobrado porque lo vas a rallar… ¿de verdad? Solo si lo vas a hacer merece la pena guardarlo.

Cocina con cajón para el pan, proyectada por Sic Bosch y Deulonder. 

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20. Productos de limpieza que no necesitas

Porque tendemos a guardar botes de productos de limpieza prácticamente acabados, muestras, demasiadas bayetas y estropajos… Necesitas cuatro productos (poco más) para mantener como la patena la casa y, para ello, es primordial que los paños y bayetas están en buen estado.

21. la montaña de sobres de salsas

María Gallay nos recuerda de que no nos deberíamos olvidar de las bolsitas de kétchup, mayonesa y mostaza que sobran cuando llevas comida rápida a casa y los botes de salsas a medio gastar. ¡No hay nada como cocinar salsa de tomate casera! Requiere un poco más de esfuerzo, pero merecerá la pena.

22. Botellas de vino de la última fiesta

Después de abrir la mayoría de los vinos, es importante volver a taparlos y meterlos en la nevera para frenar la oxidación que provoca la exposición al calor, luz y oxígeno. Es probable que tengas alguna botella de vino abierta desde la última fiesta: si el vino tiene un color extraño -más marrón que rojo- y huele como a vinagre, ¡deberías tirarla! La bebida ya no debería consumirse.

Botellas de vino en la cocina. 

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23. Congelados de hace tiempo

Asomarse al congelador puede asustar... si no has hecho limpieza en mucho tiempo. Seguro que tienes recipientes o tuppers de plástico llenos de cosas que no recordabas haber congelado. Si no sabes la fecha en la que pusiste ese tupper, no te la juegues y tira el contenido directamente a la basura. Para las próximas veces, pon etiquetas en los recipientes y ves apuntando lo que hay dentro -así no desperdiciarás comida-. Venga, ponte manos a la obra, y ya de paso, ¡limpia el congelador por dentro!

24. ¿huevera? Mejor en la caja

Deshazte de la huevera de serie que viene en la puerta de la nevera, si puedes. Está estudiado que es mejor guardar los huevos en la propia nevera, arriba. ¡Se conservan mejor! E incluso consérvalos mejor en su propia caja, porque las bacterias vienen en la cáscara, pero no las lavamos cada vez que llegamos del súper, ¿verdad?

25. Bolsas de plástico no reutilizables

No te avergüences: ¿quién no ha tenido montones de bolsas de plástico de la compra en un cajón, bajo el fregadero o dentro de una bolsa más grande? Y luego vuelves al super, te la olvidas, y compras otra más. Es hora de enviarlas a la papelera de reciclaje y pasarte a las bolsas de tela o reutilizables. Es una inversión, pero a la larga, son más duraderas y ecofriendly. Además, algún día te sorprenderás de lo acogedor que puede parecerle un nido de bolsas a los bichos...

26. botellas de agua iguales

A no ser que vayas a correr un maratón, subir el monte Everest o tienes una familia muy, muy numerosa, es imposible que saques partido a todas las botellas de agua de plástico que tienes acumuladas en algún rincón de la cocina. Si ninguno es tu casa, nuestra recomendación es que inviertas en una botella o cantimplora de mejor calidad y que tenga infinitos usos. Además, en verano, ¡conservan mucho mejor el frío!

Menaje de la cocina, proyecto de Pipi & deCo.

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27. Esa gran paellera que roba espacio

"En todas las casas hay una gran paellera que no sabes donde encajar", dice Coti Martínez. Si no la usas a menudo, y no sueles tener mucho comensales en casa, no la conserves y tírala. Solo hace que molestar en un cajon y robarte espacio en un cajón donde podrías guardar muchas más cosas y de forma más ordenada. Hay mil recetas distintas que puedes hacer si tienes invitados en casa, sin necesidad de usar una paellera tan grande...¡si sigues El Mueble, ideas de cocina nunca te faltarán!

28. Regalos promocionales a los que no das uso

Las marcas y supermercados dan regalos promocionales para enseñar un nuevo producto o estimular la venta de uno ya existente. Sea lo que sea, tira todos aquellos alimentos, bebidas y accesorios que un día te dieron gratis, pero que no has vuelto a usar. "Seguramente son cosas que tu nunca habrías comprado en primer lugar", afirma Martínez.

29. Copas de vino, cava y cóctel extra

Deshazte de todas las copas de vino, cava y cóctel que solo guardas por no tirarlas. Si no te gustan, no les das uso, o ya tienes una vajilla a juego que te gusta más, ¿por qué conservarlas? Total, tarde o temprano se acabarán rompiendo en algun evento familiar.

Copas de vino en la mesa.

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30. Cartas y menús de restaurantes

En pleno siglo XXI las personas ya no suelen pedir en restaurantes las cartas de menús para llevarse a casa para próximos pedidos a domicilio. Ahora, con el teléfono móvil es muy fácil mirar la carta de un local de restauración en su página web. Si todavía conservas menús y te has dado cuenta que hace años que no los usas, ¡tíralos!

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