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1.

Una buena base

 Una mesa bien vestida permite realzar el servicio y la decoración elegida para la ocasión aunque, al mismo tiempo, el mantel que elijamos para ello debe combinar con el resto de los elementos de la composición. Las mantelerías blancas de algodón y lino son la opción más neutra y versátil, ya que se adaptan tanto a una mesa formal como a una más contemporánea. 

2.

¿Algodón o lino?

 En el primer caso se aconseja que la pieza de tela vista por completo la mesa, adaptándose por completo a sus medidas, para que sobre, por lo menos, 30 cm por cada lado. Mientras que en el segundo, una opción en boga es la combinación de una base de algodón neutra con caminos de mesa en tonos que combinen con la decoración del comedor y los complementos, tales como vajilla o jarrones.
 

3.

Comida informal

 En ocasiones más informales, puede sustituirse el mantel convencional por individuales o caminos de mesa en tejidos y texturas originales. Si tu mesa de comedor es un diseño especial y quieres destacar su presencia, no la tapes del todo con grandes manteles hasta el suelo. Eso sí, protege las zonas donde vayan los platos con los mencionados caminos o manteles más pequeños, pero que protejan la superficie. 

4.

Toma medidas

Si tu mesa es extensible, ábrela por completo y mídela para calcular la medida de mantel que necesita. Primero usa una cinta métrica para medir el largo de la mesa. Después, mide el ancho. La mayoría de los manteles tienen un vuelo de entre 15 y 30 cm. Un mantel más formal podría llegar hasta el suelo y es perfecto si quieres disimular las patas de tu mesa. En el texto del artículo te detallamos las medidas de mantel para cada tipo de mesa. 

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Un consejo

 Acerca las sillas a la mesa para medir el largo máximo del vuelo. Hacer eso evitará que dejes más vuelo que el conveniente y que se amontone la tela sobre la silla. Puedes usar un mantel cuadrado sobre una mesa redonda. Sigue las medidas de mesa redonda recomendadas por el fabricante del mantel o mide la diagonal del cuadrado. El largo de la diagonal debe ser igual o un poquito más grande que el diámetro ideal que calculaste. 

6.

Juega con la decoración

Puedes tener un juego para cada estación, adaptando la decoración que procura su estampado a la época del año en que estés. En primavera, uno de flores como este de Coton et Bois, resulta ideal. En otoño, uno de lino destacará los colores tierra propios de esta estación, que reclama mayor calidez. En invierno, alegra tu mesa para las festividades navideñas con manteles con un toque glitter, lisos pero con un aire sofisticado. Para verano, un mantel de algodón aportará frescura a tu mesa. 

7.

Capa sobre capa

Nuestras estilistas son unas cracks en esto de poner la mesa y que te entren unas ganas irrefrenables de querer comer en ella. ¿Uno de sus trucos? Superponer diferentes capas de manteles de diferentes medidas y colores. Un mantel que cubra toda la superficie, en un tono neutro, será la base. Después, cruza los caminos de mesa para que sirvan a dos comensales, que vayan de silla a silla enfrentadas. Si deseas dar a tu mesa un aire más chic, usa tonos de temporada como amarillos y mostazas, verdes musgo o azules petróleo. 

8.

La arruga es bella

Si has escogido una mantelería de lino, tenemos una buen noticia: ¡guarda la plancha! Este tejido natural admite ser presentado en su esencia, con las arrugas propias de esta fibra para darle un aire más desenfadado al conjunto. 

9.

Manteles antimanchas

Hay una amplia oferta de mantelerías textiles con tratamientos antimanchas, con un tacto agradable y mucho más prácticas desde el punto de vista de su limpieza y mantenimiento. Suelen ser plastificados o vinílicos, nada que ver con los antiguos hules que te pueden venir a la cabeza, ya que los actuales diseños ofrecen una amplia gama estética donde elegir. Zara Home, Ikea o Leroy Merlin tienen en su catálogo modelos de este tipo, prácticos y decorativos. 

 

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¿Cuántos juegos tener?

 Esta es la cuestión. Las expertas en orden los tienen claro: aconsejan un par o tres, no más. Dos juegos para diario, de quita y pon mientras uno se lava, y otro “ de bonito”. De este modo no necesitarás más de uno o dos cajones para guardar tu mantelería al completo, siempre limpia (más abajo te explicamos algunos trucos), planchada y perfectamente doblada, de modo que el mantel cubra sus juego de servilletas, para tenerlo todo en pack y evitar pérdidas. 

Hay cuatro formas básicas de manteles: redondos, cuadrados, rectangulares y ovalados. Estos se adaptan a los distintos tipos de mesa y para que encajen como un guante, deberás tener en cuenta estas medidas:

  • Mesa cuadrada 70x70 cm hasta 100x100 cm. Su mantel: 140x140 cm.
  • Mesa redonda 90 cm hasta 120 cm. Su mantel: 150 cm.
  • Mesa rectangular 70x120 cm hasta 100x150 cm. Su mantel: 130x178 cm.
  • Mesa ovalada 70x120 hasta 100x150 cm. Su mantel: 130x178 cm.
  • Mesa redonda 115 cm hasta 150 cm. Su mantel: 180 cm.
  • Mesa rectangular 90x150 cm hasta 120x180 cm. Su mantel: 150x215 cm.
  • Mesa ovalada 90x150 cm. hasta 120x180 cm. Su mantel: 150x215 cm.

Para manteles largos:

  • Mesa redonda de 150 cm de diámetro. Mantel: 300 cm.
  • Mesa redonda de 180 cm de diámetro. Mantel: 330 cm.
  • Mesa redonda de 2 m de diámetro. Mantel: 350 cm.
  • Mesa rectangular de 150x75 cm. Mantel: 3 x 220 cm.
  • Mesa rectangular de 180x75 cm. Mantel: 330 x 220 cm.
  • Mesa rectangular de 200x75cm. Mantel: 350 x 220 cm

La tela

La elección de la tela es muy importante, tanto para el efecto práctico como estético del mantel. Los materiales más habituales son:

Poliéster: es lavable a máquina, por lo que es relativamente fácil de cuidar. Se puede usar la secadora, pero en función delicado, y planchar en temperatura media.

Algodón-Poliéster: es lavable a máquina, se puede usar la secadora, en función normal. Se puede planchar a temperatura media alta.

Algodón 100%: es lavable a máquina aunque con la secadora tiende a encoger el tejido, por lo que es recomendable tenderlo al sol para secarlo. Requieren de una plancha bien caliente para sacar las arrugas.

Lino: este tejido natural es perfecto para manteles con caídas elegantes y texturas gustosas. Requiere un lavado específico para tejidos delicados y lo mejor es que no hace falta plancha, para un efecto más casual.

Plastificados o de vinilo: se pueden utilizar tanto en interiores como en exteriores y su punto fuerte es el mantenimiento, ya que basta con pasar un paño húmedo para mantenerlos en perfecto estado. Evita limpiarlos con productos abrasivos que puedan desgastar su superficie.

Complementos perfectos

Suma estilo a tu mantel con otros tipos de mantelería que lo pueden completar a la perfección:

  • Caminos de mesa: acentúan las líneas de las mesas, sobretodo las rectangulares.
  • Individuales: por lo general se usan en mesas pequeñas para 2 ó 4 personas.
  • Salvamanteles: se utilizan para proteger los manteles y darle color, pueden ser redondas o cuadradas, se superponen al mantel.
  • Servilletas: Hay de distintas medidas, las más habituales son las de 45 x 45 y las de 50 x 50.

Truco de experta

Revisa la mantelería con tiempo, mira ver si tiene esas marcas amarillas tremendas.

Si es así, prueba con esto:

  1. Haz una pasta de bicarbonato y agua.
  2. Aplícala a la mancha y déjala actuar un rato
  3. Hecha vinagre sobre la pasta
  4. Deja que haga efervescencia durante unos minutos
  5. Mételo en la lavadora

Si no funciona, entonces te queda buscarle un sustituto. Agradecerás haber hecho esta revisión unos días antes de necesitarlo.