Con la llegada del otoño bajan las temperaturas, comienzan las lluvias y los niveles de humedad se incrementan. Esta situación puede agravar los problemas de humedad estructural que sufren las viviendas.
En esta época crecen los problemas de filtraciones y capilaridad, debido principalmente a la mayor acumulación de agua en la tierra a causa de las lluvias, la humedad se filtra a través de los cimientos produciéndose el efecto de la capilaridad, por el que el agua asciende a través de pilares, paredes y mamposterías.
También aumentan las patologías de condensación. Estas humedades aparecen en el interior de las casas debido al vapor de agua en el ambiente que se genera con las acciones cotidianas, como cocinare o ducharse, sumado a una incorrecta ventilación. "Hongos y mohos en esquinas y paredes; cristales empañados en ventanas y espejos; mobiliario y otros objetos deteriorados e, incluso, riesgo en las instalaciones eléctricas. Estos son los efectos más visibles de las humedades producidas por la condensación", aseguran desde la empresa especializada en tratamientos contra la humedad Murprotect.
Pero las consecuencias más alarmantes de convivir con un problema de humedad son las referentes a la salud. Enfermedades como el asma o la sinusitis; las alergias de tipo respiratorio y dermatológico; las cefaleas o los problemas reumáticos aparecen y empeoran si se convive en un entorno con humedades, siendo los niños y los ancianos la población más vulnerable.
¿Cómo saber si tengo moho en casa?
Puedes realizar tú mismo un test de humedades de forma gratuita, solicitando un kit de diagnóstico compuesto por una tira reactiva para analizar las humedades de la pared, así como las instrucciones de uso y lectura del resultado. El test MH15 de Murprotec indica si tu pared cuenta con humedades. Esta comprobación está indicada para paredes -internas o externas- que cuenten con manchas de humedad, florescencias o salitre. Para llevarlo a cabo se necesita la tira reactiva, un poco de agua destilada en un vaso y una muestra de la pared. Según el grado de color que proporcione la tira, sabrás qué tipo de humedad padeces. "Tras este primer análisis, que se realiza en un minuto, un técnico de la compañía se desplaza in situ para corroborar dichos resultados y realizar un diagnóstico oficial y certificado", concluye Miguel Ángel Arana Director de Marketing de Murprotect. Todo el que esté interesado puede pedir la prueba vía telefónica, entrando en la web o a través de las redes sociales de la compañía.
Cocinas y baños sin humedad
La humedad es un problema habitual que, si no se corta de raíz, vuelve a salir aunque se pongan parches. Y no solo aparece en forma de manchas o mal olor: una humedad incorrectamente tratada puede afectar también a la estructura de un edificio. Sin embargo, puedes evitar que la condensación se agrave con herramientas al alcance de tu mano.
Capilaridad, filtración y condensación ¿Cómo saber qué tipo de humedad motiva el problema? Es importante porque, en cada caso, el tratamiento que se aplicará es diferente. En cocinas y baños, especialmente si estas habitaciones carecen de ventanas, lo habitual es que la humedad sea debida a un exceso de condensación.
La humedad por condensación suele ser más fácil de solucionar que la causada por capilaridad o filtración. La condensación en baños y cocinas se manifiesta con acumulación de vaho en las ventanas, los azulejos… También se evidencia con manchas negras en las paredes y alrededor de los sanitarios. Las consecuencias son el desprendimiento de la pintura, un olor desagradable y una suciedad debida al moho.
¡Que corra el aire!
Para poner remedio a este tipo de humedad, lo más importante es favorecer una buena ventilación. Abrir las ventanas a diario es imprescindible. Si el espacio afectado es pequeño, reforzar dicha medida con un deshumidificador puede ser suficiente. Cuando se trata de cuartos de baño o cocinas ciegas es conveniente instalar un extractor eléctrico de aire potente.
Aísla tus ventanas
Otra buena idea es reforzar el aislamiento térmico. A la hora de instalar nuevas ventanas hay que tener en cuenta que cumplan con los parámetros de aislamiento adecuados. En el caso de que las carpinterías sean de aluminio –un material altamente conductor–, deben ir dotadas de doble acristalamiento con cámara aislante y sistema con rotura de puente térmico (RPT).
Este sistema evita los “saltos” de temperatura entre interior y exterior y, por tanto, que se produzca condensación y las características manchas negras junto al marco de la ventana, o, incluso, que se formen pequeños charcos de agua en el suelo, como en ocasiones sucede en zonas frías.
Paredes y techos bien sellados
Las medidas de protección serán aún más efectivas si se aíslan también las paredes y techos. Se llegan a reducir hasta en un 35 %-40 % los gastos en calefacción, eliminando también el riesgo de humedad en la casa.
Paneles de yeso con lana de roca, fibra de vidrio; hasta aislamiento de vertido. Las opciones son muy variadas y deben consultarse con empresas especializadas; sobre todo si la vivienda no es de nueva construcción.
Cómo limpiar el moho
- Las manchas negras que deja el moho son sencillas de retirar sobre superficies de azulejos o revestidas con pintura plástica. Basta lavarlas con agua y lejía (una parte de lejía por 3 de agua) o con un producto específico contra el moho.
- También en superficies porosas se puede aplicar el mismo remedio, aunque resulta más complicado hacer desaparecer la suciedad por completo.
- Cuando el moho y los hongos se han extendido mucho, quizás se trate de “moho negro”. Es imprescindible en ese caso pedir ayuda profesional, ya que puede resultar tóxico y los limpiadores convencionales no funcionan.
Más vale prevenir, que curar
Para terminar de sanear las zonas afectadas con humedad, una vez que se han lavado, se dejan secar y se pintan. Antes conviene extender una imprimación o selladora. Después se aplica en paredes y techos pintura impermeabilizante antimoho. Se trata de un producto a base de una emulsión vinílica que deja transpirar las paredes, pero repele la acumulación de vapor.
"En casos de humedad por capilaridad, los tratamientos que más se suelen emplear son esencialmente dos. El primero consiste en inyectar resinas hidrorepelentes en el muro para formar una barrera impermeable", dicen desde Promur, empresa especializada en tratamiento de humedades y condensación. El sistema consiste en practicar una serie de taladros en la zona baja de la pared, en varias hileras. En estos agujeros se introduce el producto a presión: una resina que tapona los capilares y bloquea la humedad. Se puede aplicar en muros de ladrillo macizo, con cámara de aire, de piedra y mampostería, etc.
"La electroósmosis inalámbrica es una deshumectación de la zona afectada por medio un dispositivo electrónico: una especie de centralita que se coloca en la pared. Este sistema se basa en el principio físico de electroósmosis, por el que se invierte la polaridad de las partículas del agua para frenar la ascensión de humedad en la mampostería", explican desde Promur. Es un método no invasivo, ya que el aparato electrónico es inalámbrico y se coloca en el muro sin hacer obra. Además, no interfiere con el resto de los dispositivos que tengas.
¿Hacen falta obras? Una vez solucionada la humedad, el trabajo requiere un último paso de saneamiento. La restauración estética es siempre necesaria y suele conllevar obra, aunque sea mínima. Cuando se ha secado totalmente el agua, las paredes se rehabilitan con morteros especiales microporosos y pinturas antihumedad como medida de prevención y protección. Venga, que esta batalla contra el moho ¡la tienes ganada!