1 /11

1.

Complementos: el toque acogedor

Paredes, sofás, butacas, mesa de centro, librería...Un salón completamente blanco es un seguro de amplitud. Para que no se vea desangelado, salpica complementos en madera y fibras naturales. No compliques la combinación o perderás el efecto. Sofá y puf de Miki Beumala. Butaca, mesa auxiliar, espejo y lámpara de pie de Catalina House.​

2.

Cómo decorar paredes blancas

Para da un toque de calidez en medio del blanco total se ha utilizado una grabado antiguo enmarcado por un acabado envejecido. Otra opción estupenda son los espejos, que no rompen la continuidad de color y sí que pueden aportar un toque cálido con el marco. Aparador de Moycor. 

3.

¿Qué muebles escoger?

Lo ideal es que solo rompa la armonía del blanco una pieza. Eso sí, debe ser una pieza que merezca ese protagonismo porque lo tendrá. En este caso se han escogido una sillas que combinan la madera y el mimbre. Estantería de madera lavada diseñada por Olga Gil-Vernet.

4.

El poder de la madera

Cualquier tipo de madera, incluso la pintada, aportará calidez. Iremos incrementado la temperatura a medida que vamos viendo la veta o recuperando su color natural. De menos a más: madera pintada, madera pintada con textura o grietas, madera envejecida, madera decapada, madera natural... En este caso, se ha recuperado la madera pero dejando el velo blanquecino.

5.

Las telas: ganamos con las texturas

Sí queremos ganar calidez y no queremos subir el color, solo nos queda ganar textura. Las telas son el recurso más fácil. Cojines, mantas y ropa de cama, el más rápido y disponible. En verano, los que contienen fibras naturales, el saco, la arpillera, los linos bien rústicos. En invierno, la lana, el terciopelo, los cojines peludos... Cama de Gervasoni, mesas auxiliares de Flamant. 

6.

Colores, pero pocos

Evita los contrastes, cualquier color intenso gana al blanco. Y si en verano has comprado unos cojines más frescos, como los verdes de este salón, amortigua su efecto incorporando un tono cálido. En este caso los cojines piedra o naturales "recalientan" la combinación. La mesa auxiliar y de centro son de Ptratka, alfombra de Laura Ashley y cómoda de Bazar Interiorismo.  

7.

Cocinas blancas: trucos de estilista

Aceptémoslo, el 90% de las cocinas son blancas porque nos dan la sensación de luz y limpieza, pero a veces son frías. Haz como las estilistas, esconde todos los cacharros y deja solo 3 cosas en la encimara: unas plantas aromáticas, unas tablas de madera bien bonitas y unos botes de cristal (los de pastas y legumbres tienen tonos muy bonitos).  Gres porcelánico de Azulejos Gala.

8.

El dorado, cálido y sofisticado

 Estamos acostumbrados a verlo en su acabado envejecido y clásico, en marcos de madera, por ejemplo. Pero puedes darle un toque luminoso y moderno con las griferías, las lámparas o los complementos. ¿Te atreves?

9.

Blanco y poco más

Con los baños nos suele pasar lo mismo. El marco del espejo, una repisa... Incorporar la madera o el mimbre de alguna manera, suele ser más efectivo que llenarlo de pequeños complementos. Encimera con lavamanos integrado y espejo de Cassai.

10.

Bronce mejor que hierro

 En este baño blanco total diseñado por Catalina Socías se busca un look industrial, pero para evitar la dureza del hierro forjado se han elegido acabados en bronce envejecido en los espejos, las griferías y las lámparas. Mueble bajolavabo y lámparas de Cassai Home &Fashion, lavamanos de Bathco y grifería de Tres.

11.

Cortinas que filtran la luz cálida

Como las pantallas de las lámparas, las cortinas acaban transformando la luz que las atraviesa. Si eliges telas ligeras que dejen pasar la luz pero que tengan un color sutil, conseguirás un doble efecto de calidez. Cabecero y galán de Pomax, lámpara de sobremesa de Coton et Bois.

 

Todos y todas hemos pasado por nuestra fase blanca. Y más ahora que se lleva el blanco total, con suelos incluidos. Nos encanta la sensación de espacio, su luminosidad, la frescura (especialmente en verano)... Pero a veces cuando llega la noche todo se nos convierte en un triste gris. O acaba el verano y sentimos que la casa se nos congela.

Conseguir que un ambiente blanco respire calidez puede parecer casi una contradicción, por esa razón es necesario trabajar con mucha sutileza para lograr que sea acogedor sin romper su magia, sin perder esta sensación de amplitud, serenidad, luz... Sabemos que las telas y la madera son de gran ayuda pero las hemos de ir incorporando poco a poco, en pequeñas dosis y evitando los contrastes.

¿Y si retocas el color blanco?

Has pintado en blanco y no te gusta el resultado. O te encanta el blanco pero te parece demasiado frío... Parece un poco radical pero pintar suele ser la mejor opción. No te asustes, se trata de subir un simple tono, seguro que será suficiente: un solo punto a más beige, a más gris, a más crudo o más crema... Te quedarás con todas sus virtudes y mitigarás sus defectos.

Piensa que pintar blanco sobre blanco es lo más fácil del mundo, no necesitas ser un experto porque no se notarán los defectos y una simple pasada será suficiente para lograr este pequeño cambio de matiz.

Pequeños cambios: materiales naturales

Si realmente no eres tan fan del blanco pero vives en una casa de alquiler y no puedes (o quieres) pintar ni hacer ningún tipo de modificación, o simplemente quieres que tu casa sea un poco más cálida (a todos se no ha ido la mano con el blanco alguna vez) te tocará trabajar con los muebles y complementos.

En este caso, todo lo que son elementos naturales funcionan a la perfección, sin riesgos, porque aportan texturas y colores cálidos sin llegar al contraste. En el suelo, las alfombras de yute o de sisal claro son perfectas. Para las paredes busca cuadros que vayan del beige a los tierras.

Los muebles de fibra quedarán perfectos, pero si no te gustan, elígelos de maderas claras o intermedias (fresno, abedul, haya, arce, roble claro...)

Cuidado con la iluminación

Llevamos todo el artículo hablando de sutiliza y ahora que llegamos a la iluminación, nos ponemos un poco más radicales. Una bombilla demasiado cálida o una pantalla puede llevar al traste tu delicado salón en blanco. Solo si sientes que tu espacio es demasiado frío cuando se va la luz del sol, escoge unas bombillas cálida o, mejor, utilízalas en pequeñas dosis en rincones y luces puntuales. Si quieres mantener la sensación de blanco, elígelas neutras. Evita las frías que dan tonos azulados.