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1.

Tu habitación.

Duerme en un ambiente templado, te vigoriza y sube las defensas.

2.

Desayuna siempre.

Es el momento en que el cuerpo necesita acumular energía para gastarla a lo largo del día.

3.

Al despertar.

Desperézate, estira los brazos, bosteza, levántate despacio y "despierta" tu cuerpo.

4.

Sol a raudales.

Aprovecha la luz del sol siempre que puedas. Es energía en estado puro.

5.

El mejor momento para cenar.

Cena dos horas antes de acostarte, te levantarás con más vitalidad.

6.

Aire limpio.

Te ayuda a sentirte mejor y, para perfumarlo, utiliza flores naturales en vez de ambientadores químicos.

7.

La iluminación.

Por la noche, utiliza luces tenues y cálidas, así el cerebro pasa a la fase de descanso de forma natural.

8.

Bebe energía.

Zumos de frutas y verduras, té verde, infusión de jengibre o agua con un chorro de limón.

9.

Fibras naturales.

Elige fibras naturales de algodón para la ropa de cama, las cortinas, tapicerías, alfombras, y la ropa interior que está en contacto con la piel. Al roce, no generan electricidad estática, que además de crear una desagradable sensación, agota al organismo.

 

10.

Iones negativos: revitalizantes.

Un ambiente seco y muy caliente favorece la aparición de iones positivos en el aire, que "roban" energía, debilitan y producen cansancio. En invierno, abrígate y baja un par de grados la calefacción, no se reseca el aire y favorece los revitalizantes iones negativos.

 

11.

Agua que corre.

Una ducha, sobre todo al final de la jornada, es un remedio mágico para eliminar el cansancio y subir el tono vital en pocos minutos. Pon las manos bajo el chorro de agua y mójate las muñecas. Así eliminarás el exceso de electricidad y el estrés.

 

12.

Desenchúfate.

Estar expuesto de forma permanente a los campos electromagnéticos derivados de la tecnología afecta a las defensas del organismo. Aleja el cuerpo de los equipos electrónicos. Usa auriculares para hablar por el móvil y ponlo en modo avión cuando no lo utilices.

 

13.

Hidrátate.

Cuando notas sensación de sed, tu organismo ya está padeciendo estrés hídrico. Si añades un ingrediente alcalinizante (limón o té verde) al agua, además de hidratar las células, subirás la energía.

 

14.

Toca la tierra.

Los estudios indican que la "desconexión" con la tierra nos hace más vulnerables al estrés, a los contaminantes y a la enfermedad. Descálzate o ponte unos calcetines de algodón: andar sobre el pavimento mantiene el equilibrio eléctrico del organismo.

¿Te cuesta empezar el día? ¿Te sientes cansada a media tarde? Asegurar la calidad del aire de tu casa, andar descalza o mojarte las manos son gestos que te ayudarán a ganar energía.

Hay ambientes que "roban" la energía, nos hacen sentir más cansados o producen pesadez y dolor de cabeza. Otros nos aportan vitalidad y nos dan fuerzas para seguir adelante con la jornada. Y es que la calidad del aire del interior de tu casa desempeña un papel importante en tu nivel de energía, a través de agentes tan invisibles como los iones suspendidos en el aire, la temperatura, la humedad o la electricidad ambiental. Nuestro cuerpo es como una pila que necesita activar sus propios electrones para funcionar con vitalidad.

La luz del sol es el primer "energizante" natural

Por la mañana, al despertarte, abre las cortinas... La luz del sol activa el cortisol, una hormona cuyo ritmo circadiano se inicia con la salida del sol y pone en marcha la energía interna del organismo. En la ducha, dedica tres minutos a realizar un masaje circular en el abdomen con un guante de crin en el sentido de las agujas del reloj y acaba con un chorro de agua más bien fría. Así activas el sistema circulatorio, refuerzas el sistema inmune y subes el tono energético.

Un aire más puro, un día más vital

Durante el día, la carga eléctrica natural del aire determina la vitalidad del organismo. El aire contiene infinidad de sustancias nocivas que afectan y estresan los sistemas biológicos. Evita los ambientadores sintéticos, los detergentes y limpiadores con componentes tóxicos, los malos humos... todos ellos debilitan tu organismo. Si además de una ventilación deficiente, abusas de la calefacción, te sentirás más cansada. Está comprobado que una temperatura más fresca (que no supere los 22º C) aporta más confort térmico, vigoriza el cuerpo y sube el ánimo.

La tierra como elemento para descargar

Conectarse con la tierra (tocar el suelo con los pies) permite descargar la tensión acumulada durante el día y el exceso de electricidad estática. Anda descalza en casa, o con calcetines de tejidos naturales, y siente el calor y el efecto regenerador de la tierra. Evita el estrés que desequilibra el sistema nervioso y agota las defensas, y lleva una alimentación sana, con pocas grasas. Si además sufres de ansiedad, apetecen más los azúcares e hidratos de liberación rápida a la sangre, que destruyen la energía que genera el cuerpo. Una vida más relajada es siempre sinónimo de más energía.

En la cocina: regenera tus células día a día

Consume a diario frutas y verduras frescas; las de color verde oscuro, naranja o rojo regeneran, vitalizan, son antioxidantes y reconstructoras. Si son ecológicas no contienen sustancias químicas tóxicas que debilitan. Consúmelas en crudo o cocinadas a temperatura baja, en recipientes sin plástico, y evita los azúcares refinados, ya que bajan las defensas.

La opinión de Pablo Saz
Médico naturista, profesor de la Universidad de Zaragoza

Tu cuerpo, como una pila alcalina: Los minerales como el calcio, el sodio o el potasio actúan como electrolitos que, al disolverse en el agua, se separan en iones positivos y negativos. Si nuestro organismo no puede realizar ese intercambio de iones, el sistema nervioso y muscular no funcionan y nos sentimos cansados. La clave para "recargar nuestras pilas" es comer verduras y frutas frescas; su aporte de minerales nos mantendrá vitales.