1 /13

1.

Baldas a prueba de "manazas"

 Donde las ves tan cómodas para ayudar a los más peques a guardar sus cuentos, estas baldas de Ikea fueran pensadas originariamente para sostener en vertical... ¡cuadros! Gracias a su frontal, los cuentos si resbalan no se caen al suelo. Además la balda tiene una ranura que está diseñada para que los marcos o, en este caso, los cuentos de los peques, se mantengan en vertical. Se llama Mosslandia y su precio es de 4,99 €/u.  

2.

Un mueble a su medida

Si quieres que aprenda a recoger sus cosas, entre ellas sus cuentos, debes planificar un sistema de almacenaje a su medida. Este casillero es perfecto, porque cuando es pequeño le va a la medida. Y cuando crezca, con unos cojines o colchonetas, puede usar su superficie a modo de banco improvisado. 

3.

¿Estantería o escalera?

¡Ambas! Esta propuesta de Kenay Home, disponible en varios colores, es una manera divertida y original de guardar sus cuentos. Además se adapta a su crecimiento, con cada estirón, puedes subir sus lecturas preferidas un peldaño más de la escalera y dejar en los estantes más bajos los cuentos que menos ojea.  

4.

Boxes a modo de bolsillo

Son un recurso super práctico con el que aprovechar la estructura de la litera y, a la vez, tener en orden y a mano los cuentos. Además, gracias a su diseño entre caja y bolsillo, incluso los más pequeños podrán guardar sus cuentos solitos. 

5.

Su propia biblioteca

Si tienes espacio en su habitación, ¿por qué no destinar un rincón a zona de lectura? Complétala, como aquí, con una mesa de juegos para que tu hijo pueda desde hacer sus primeros garabatos hasta jugar a puzzles o leer su cuento preferido. Para que le sea cómoda, coloca sus lecturas preferidas en los estantes que estén a su alcance. 

6.

Con soluciones a medida

Esta propuesta lo tiene todo para ser práctica. Las baldas, con poco fondo y con frontal, permiten que los cuentos no se desordenen y se mantengan en pie. La trasera de madera protege la pared de los roces de los libros y el casillero de la parte inferior es perfecto para que los más peques puedan acceder fácilmente a sus lecturas preferidas. Dormitorio proyectado por Lali Vayreda, de Dijous. 

7.

Coloniza la pared del cabecero

 Con estantes. Es un recurso doblemente práctico: habilita un espacio muchas veces desaprovechado y, además, permite tener al alcance de la mano sus cuentos preferidos. Para que sea más cómoda, se ha planificado de poco fondo. 

8.

Una composición personalizada

 Estas cajas-estantes son una opción original, divertida y decorativa por sí sola para tener en orden sus cuentos preferidos y pequeños tesoros. Además, si eliges diseños de diferentes tamaños y diseños, como aquí, puedes crear una composición a tu medida. Con el fondo de color, darán un toque personal a su cuarto. Estas son de Bel and Soph. 

9.

Los cuentos, en su casita

¡Y con ruedas! Puestos a buscarles un sitio a sus cuentos, ¡que este sea tan divertido y lúdico como sus lecturas preferidas! Esta propuesta, que además tiene ruedas, es de Manapany Kids. 

10.

Litera y librería

En las literas tipo tren, como esta, reservar una zona abierta es siempre un acierto, ya que ayuda a aligerar visualmente su estructura. Aquí, además, se ha aprovechado la pared del cabecero de la cama superior con una estructura a medida que integra tres baldas con poco fondo para tener a mano sus lecturas sin tener que bajar de la cama.  

11.

Una mini estantería DIY

 Basta con apilar un par de cajas de madera para tener esta mini estantería única. Para que se sostengan mejor sin necesidad de encolarlas, lo ideal es que la de la base sea mayor que la de arriba.  

12.

Un banco librero móvil

Es la opción más práctica para que los más pequeños guarden sus cuentos, porque los grandes cajones sirven de contenedor donde (casi) todo cabe. Además, al planificarse con ruedas, este banco puede moverse fácilmente donde el niño quiera. Este dormitorio es un proyecto de Ana Parés Canadell.

13.

Una librería empotrada a pie de cama

No resta espacio en su cuarto y suma capacidad para guardar desde sus cuentos hasta sus juguetes. Además, al revestirse de madera, se convierte en una pieza decorativa por sí sola. 

"Cuéntame un cuento y verás qué contento", cantaban Celtas Cortos allá por los noventa. Lo que no decían en su pegadiza canción es cómo organizar todos los libros infantiles que se pueden llegar a acumular cuando hay peques. Parece una tarea sencilla, sobre todo cuando entran en casa sus primeros cuentos. Son pocos y ocupan poquito. Además, con sus bonitas ilustraciones de colores, ¡decoran por sí solos! Pero la cosa se sale de madre muy deprisa, y antes de darte cuenta, tu bebé ya ha cumplido los tres años y los cuentos son casi una montaña.

En la galería hemos reunido diferentes soluciones para mantener sus lecturas preferidas en orden, pero si tu hijo es un ávido lector (¡felicidades!), es probable que necesites más espacio... O, ¿por qué, no? Buscar soluciones alternativas.

¿Has pensando en deshacerte de los cuentos que ya no lee?

Aquí también aplica la máxima de Marie Kondo: antes de ordenar, hay que hacer limpieza. Puedes darle los cuentos a amigos con hijos pequeños o donarlos, por ejemplo a la biblioteca. Si están en muy buen estado, incluso puedes venderlos por plataformas como Wallapop y así la próxima escapada al zoo saldrá gratis.

Ataja el problema de origen: no acumules

Esta es otra opción: acumular menos. Noo significa privar a tus hijos de lecturas nuevas, sino cambiar el sistema. Por ejemplo, pedir prestados cuentos y libros a la biblioteca, ya sea la del barrio o la del mismo colegio en el caso que la tengan. No solo acumularás menos, sino que visitar la biblioteca puede convertirse en una experiencia lúdico-didáctica muy interesante. Además, muchas bibliotecas y centros cívicos ofrecen cuentacuentos y otras actividades muy divertidas para niños.