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1.

"Drama queen"

Pero cómo, ¿tocando el suelo? Sabemos que esta opción puede tener sus detractores, pero es un caso de estilismo avanzado. Con esta caída hasta el suelo el plaid crea un efecto dramático único. ¿Esperas invitados? Márcate el puntazo a lo 'casa de revista'. 

Butaca de Roche Bobois.

2.

En el reposabrazos

Es todo un clásico. Pero, como buen clásico, ¡nunca falla! Dóblalo y colócalo en uno de los reposabrazos de la butaca. 

Butaca de Ikea y cojines de Calma House y Matèria.

3.

A la cesta

Como una leñera, pero de plaids. Elige una cesta de fibra natural y llénala con modelos distintos. Si son de punto conseguirás ese toque de "montaña" tan nórdico.

4.

Efecto "uy, lo he olvidado en la silla"

Como si te acabaras de levantar: silla ligeramente inclinada y el plaid encima, colocado sin mucho esmero. 

Escritorio, silla y lámpara flexo de Coton et Bois. Alfombra turca en Gra.

5.

Como un estilista

 Es como el moño 'Carlota Casiraghi', pero aplicado a la decoración: parece casual, pero está más que estudiado. Dóblalo por la mitad y apóyalo desde uno de los extremos del respaldo, dejándolo caer hacia el mismo lado.

6.

En el estante de la mesa de centro

 Suma calidez al salón y ahórrate tener que levantarte si te entra frío colocando un plaid doblado en el estante inferior de la mesa de centro. Un libro colocado encima... ¡y ya tienes el attrezzo perfecto! 

Plaid de cuadros de Lexington, mesita de Cachemir y alfombra de Ikea.

7.

En el rincón de lectura

Además de colocar un plaid en la butaca, añade otro en el reposapiés para reforzar la sensación de calidez. Un libro encima creará ese look de 'me has pillado leyendo' que hace que la casa se vea más vivida. 

Butaca y puf de Nasu. Cómoda de Mujika Aramendi. Alfombra de KP.

8.

Bien dobladitos

 Sobre la banqueta a los pies de la cama, junto al sofá o el rincón de lectura... Coloca dos o más plaids doblados. El punto extra de elegancia y calidez será instantáneo. 

9.

Efecto contraste

 Además de abrigar, texturizar o completar un look, un plaid también puede ser perfecto para conseguir un efecto contraste con el resto de colores de la paleta elegida en la decoración. Este, en color amarillo-mostaza, contrasta con su color complementario: el azul. 

10.

En la consola del salón

 ¿Quieres abrigar la decoración? Pues despeja los estantes de la consola o el aparador y añádele cojines y plaids en lugar de jarrones y figuras decorativas. ¡Nos encanta!

11.

Navidad en el salón

Aquí, sí o sí, el plaid es un must. Elígelo en los tonos de la misma decoración del salón o en los de los adornos que hayas elegido para ambientar tu casa.

12.

¡Y también en la terraza!

No renuncies a las zonas de exterior en invierno. Abrígate y sal a tomar el aire y el sol. Eso sí, no olvides coger un plaid bien grueso para abrigarte cuando refresque. 

Plaid de mohair, maceteros y plantas, en Los Peñotes. Mesa y sillas de Becara.

13.

Efecto "cama deshecha"

Sí, el estilo descuidado también tiene sus adeptos. Y es que en realidad, de descuidado, nada. Esta forma más informal de colocar el plaid sobre la cama hace que resulte más gustosa, lista para meterse dentro ¡y olvidarse del mundo! 

Cabecero y cama a medida de Home Deco. Banqueta de Ikea.

14.

A juego

Combina un plaid como este de punto trenzado con cojines o cuadrantes del mismo estilo. Una forma de dar coherencia a los textiles y reforzar el look que más te guste. 

Cabecero, mesitas de noche, lámpara de pie y alfombra, de Rivièra Maison.

15.

A capas

Es una fantástica manera de texturizar y abrigar el dormitorio. Coloca colchas y plaids unos encima de los otros, con efecto escalera. Elígelos en colores complementarios o diferentes tonos de un mismo color, y distintas texturas y estampados.

16.

Con un twist

 Coloca el plaid a lo largo de una de las esquinas inferiores de la cama, haciendo un giro en el centro. Sencillo, pero con un resultado muy estiloso. 

Cabecero de Me&You, lámpara de sobremesa de Becara y cortinas de Entre linos y algodones.

17.

Lo quiero bien liso

 Es uno de los estilos más clásicos: colocado a los pies de la cama, a lo largo y sin una sola arruga. Elegante, gustoso y cálido. ¡Siempre triunfa! 

Cama y mesita de noche diseñados por Boyfer y realizados por Pler Interioristas. Butaca de Velafusta.

18.

Pies calentitos

En la habitación de los peques no puede faltar la calidez. Coloca unas colchas finas y un plaid en colores que se complementen con los de la ropa de cama, como esta combinación de blanco, rojo y gris.

19.

Enrollado

 Su redondez lo hace muy gustoso. Una forma ideal para colocar sobre la cama o en una cesta de fibra natural con otros plaids. 

Funda de edredón y plaid de Lexinton. Sábanas de Privium, en El Corte Inglés. Edredón verde de Anteanne. Colcha beige de Zara Home.

20.

Con refuerzos

A veces con uno no basta. Sé previsor y coloca un cesto o una banqueta junto a la cama con plaids extra por si esa noche refresca más de lo normal. Además, visualmente, hace que este dormitorio resulte muchísimo más gustoso. 

Cabecero de lino, de Yutes. Mesa de noche, baúles y cesta de Azul-Tierra.

Conocidos anteriormente como manta, manta fina, manta de sofá, manta de viaje o incluso por el diminutivo 'mantita', ahora no hay aficionado o apasionado de la decoración que no sepa que su nuevo nombre artístico es "plaid". Versátil y gustoso, es uno de los accesorios textiles estrella, sobre todo en el salón, el dormitorio y la zona de lectura.

Pero los estilistas y decoradores saben que el potencial de los plaids va mucho más allá de textiles para abrigarnos o crear ambientes cálidos y acogedores. También decoran por sí solos. Por eso en esta galería te hemos dado hasta 20 ideas y formas de colocarlos para convertir tu casa en una casa de revista. ¡Dale al plaid!

Como seguramente ya habrás deducido, el origen del nombre, muy español no es. Para averiguarlo tenemos que viajar hasta las Scottish Higlhands, vamos, el norte de Escocia. Allí no era solo una prenda utilizada en las casas, sino también para la vestimenta. Su nombre designaba a las mantas de cuadros que se usaban como capa o atadas a la cintura. Como los kilts, vaya. Pero más toscas.

Lo curioso es que su origen ahora tenga poco que ver con el uso que se le da al término, pues se utiliza más para designar los textiles finos y elegantes que a las típicas mantitas de cuadros.

Materiales y tejidos
  • Lana: es muy cálida, aislante y térmica.
  • Mohair: es parecido a la lana, pero mucho más liviano, aislante, fino, esponjoso y brillante.
  • Lana de alpaca, merino o cachemira: son las más codiciadas, sobre todo por su altísima capacidad aislante y térmica, su suavidad, sus propiedades hipoalergénicas y su brillo. Su precio es algo más elevado que el de la lana común.
  • Algodón: es transpirable, suave y liviano, pero no abriga tanto como la lana.
  • Forro polar: es suave, cálido y liviano, pero menos resistente que el algodón y, además, sintético.

Utilízalos para dar más sensación de calidez, texturizar la decoración o jugar con ellos creando contrastes de colores y tonalidades. Si es que por algo es una de nuestras "prendas" favoritas para vestir la casa cuando empieza a refrescar...