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1.

Añade una barra con taburetes

Si tu isla va a incluir una zona para comer, lo primero será decidir qué altura de asientos quieres. Para taburetes bajos la altura de la isla deberá ser de 90 cm y para los altos de 110 cm. Una barra con taburetes altos suele añadir cierto grado de flexibilidad al diseño. Así la isla puede tener dos niveles: el inferior destinado a zona de trabajo y el superior con los taburetes para degustación. El escalón intermedio es además muy práctico para ubicar enchufes.

 

 

2.

Adosa una mesa

Si tienes espacio, haz que tu isla crezca, adosando una mesa a uno de sus laterales. Puede ser del mismo material que la encimera para darle continuidad total, o bien de madera para un office más formal como este. De los fogones a la mesa. 

3.

Ponle enchufes

A menudo es algo que se pasa por alto, ¡craso error! Cuando planifiques tu cocina, haz que pongan enchufes en alguno de sus laterales para poder utilizar los pequeños electrodomésticos in situ, con total comodidad. 

4.

Directo a la basura

Un agujero en la superficie de la encimera de la isla que vaya a parar a la basura para tirar los desperdicios mientras se cocina es sumamente práctico y ergonómico. Se quita la tapa y todos los desperdicios se desechan en un solo gesto, sin necesidad de agacharse. 

5.

Un sistema de cocción "dominó"

Si quieres que tu isla de la cocina sea realmente flexible, apuesta por un sistema de cocción tipo "dominó" o combinado, que junte varias placas sucesivas, para poder cocinar a la plancha, al vapor, a gas... ¡Lo que más uses!

6.

Saca provecho de los laterales

Habitualmente, el lateral de la isla en una tabla rasa de mobiliario que resulta inútil. Dale funcionalidad instalando agarraderos donde colgar los trapos o ábrelo y pon estantes para libros, especias, manteles...

7.

Enmárcala con baldosas hidráulicas

 Para darle una entidad diferente y destacarla en la cocina, créale un manto de hidráulico, tipo alfombra, muy limpia y decorativa. Fíjate de que manera más bonita se ha destacado aquí, rodeándola con el cambio de suelo con mosaico. Cocina diseñada por Deulonder con mobiliario lacado.

8.

¿Y un cacerolero colgante?

Le sumará un toque rústico a tu cocina y tendrás todas las ollas y sartenes a mano. Si esta opción no te va, destina un cajón profundo de tu isla, extraíble y compartimentado, para tener en orden este tipo de utensilios de uso diario. Es donde más se usan ollas y sartenes, así que ponlas a mano.

9.

Añade una tabla de cortar que se deslice por la superficie

Las tablas de cortar son realmente útiles, así que pon una en tu isla, cuyo borde se sujete en la superficie para darle más estabilidad. Que sea robusta, pero manejable, para llevarla allí donde la necesites. 

10.

Cestos para verduras y frutas

Ya te contamos aquí que ciertas verduras y frutas es mejor conservarlas fuera de la nevera. Así que suma cestos en la misma isla para tenerlas siempre a mano y preparar los platos más ricos y saludables. 

11.

No te cortes

 Coloca los cuchillos en la encimera. Si no te hacen mucha gracia los soportes para cuchillos, pero quieres tenerlos a mano, plantéate hacer unas hendiduras en la encimera para colocarlos ahí. Esta solución debería realizarse a medida, por un carpintero experto. 

12.

Un botellero XL

Si en casa os gusta disfrutar del buen vino, ¿por qué no crear un botellero en la isla? Estéticamente queda genial y a nivel práctico funciona de maravilla. 

Aprovechar el espacio central con este mueble es la mejor manera de sacarle partido a una cocina. Al ser un módulo aislado, que cuenta con sus cuatro lados libres, ofrece una flexibilidad única. Se aprovechan todos sus costados, se propicia una circulación fluida y completa por la estancia a su alrededor y supone un magnífico elemento distribuidor y separador de ambientes. Es viable si se cuenta con una sala de dimensiones medianas-grandes, ya que lo ideal es que la isla tenga un tamaño generoso de al menos 2,5 metros. Además, es una pieza clave para fomentar participación y comunicación.

Y es que disponer de la cocina en la isla nos permite cocinar de cara a los comensales, una manera perfecta de generar un clima de diálogo y complicidad. Los tres elementos que debería aglutinar son: placa de cocción, punto de agua y plano despejado para la preparación de alimentos. Si además ponemos una zona de office, ¡chapó! Las barras de 90 cm de altura pueden servir para asientos intermedios entre el típico taburete de bar y las sillas de mesa. No permiten tanta flexibilidad en el diseño, pero pueden ser una buena opción para definir bien la zona de comer. Se debe dejar un saliente en voladizo de al menos 30 cm para la barra, aunque lo más cómodo para poder mover bien las piernas es de 38 a 45 cm.

Lo fundamental a evitar en una isla es que carezca de espacio para cocinar y preparar los alimentos en los laterales. Esto obliga a girarse de un lado para otro constantemente, algo muy poco práctico. Es importante dejar un buen espacio lateral para poder tener los utensilios que usamos mientras trabajamos.

La isla es un complemento esencial para la preparación de los alimentos, una de las actividades más importantes que se realizan en la cocina. Disponer de un punto de agua aquí es esencial. El espacio idóneo que hay que dejar entre la isla y las encimeras adosadas al muro es de 90 cm. Puede ser algo menos, 80 cm, o llegar hasta 110 cm. Más no es necesario ni cómodo, porque entonces las distancias son demasiado grandes y necesitaríamos un patinete para ir de un lado a otro.

Las medidas ideales para una isla son entre 250-270 cm, lo que permite colocar los fogones, preparar alimentos con una tabla de cortar y un cubo de basura inferior, así como disponer de un punto de agua. Detrás, podremos instalar el frigorífico, los armarios de almacenaje, etc. La campana puede ir al techo, pero también se pueden poner otros modelos de sobre-encimera o empotrados directamente en el techo para dejar todavía más despejado el espacio superior. El cambio de nivel, unos 15-20 cm, con una barra alta permite romper la visión de los comensales que están en la zona comedor y que no ven lo que se cuece en la cocina.

Si a tu isla de cocina le sumas todas las prestaciones que has podido ver, ganarás en comodidad en tu día a día, convirtiendo el acto de cocinar (y de comer) en todo un placer la mar de confortable.