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1.

Con listones y vigas oscuras buscando el contraste

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Respetar los elementos constructivos originales, cuando están bien conservados, es vital para que las casas mantengan su esencia. En la decoración de este salón comedor, rehabilitado por Luis Fernández de LDFL Studio, así se ha hecho. El techo alistonado en un tono claro —a juego con las lámparas— se ha reforzado con vigas pintadas en marrón oscuro que imprimen personalidad al estar. 

Mesa rústica de madera de olmo, de Barr Baleares. Lámparas con pantalla de bambú, de Maisons du Monde. Sillas Wishbone, diseño de Hans Wegner para Carl Hansen & Son.

 

2.

Vigas naturales a dos aguas

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A veces las vigas de madera vista adquieren formas geométricas peculiares. Estas, a dos aguas, se han dispuesto de manera triangular para soportar mejor el peso. Lucen orgullosas su aspecto natural— únicamente se han barnizado— por el salón, el comedor y la cocina. Y aunque su peso visual resulta contundente, quedan perfectas gracias a los 6 metros de altura que alcanzan los techos.

Sofá y butacas Grönlid, de Ikea. Mesa de centro, de Maisons du Monde. Kilim, de BSB. Consola antigua, de Mercantic. Mobiliario de cocina de microcemento. 

3.

Con listones, alfarjías y vigas entrecruzadas

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En ocasiones el armazón de los techos está formado por unos maderos más pequeños, alfarjías, sobre los que descansan o se entrecruzan las vigas de madera vista. Esta técnica de cuadrícula es la que se ha elegido en este salón: los listones se han pintado de blanco y las vigas, independientemente de su tamaño, comparten su aspecto natural dándole uniformidad al techo. En los listones puedes integrar ventiladores y focos de luz, como ha hecho aquí la interiorista Chari Manzano.

Sofá y butacas, diseño de CHM Studio con tela de Yutes. Mesa de centro, de Azul Tierra. Escritorio, de La Europea. 

4.

Con listones y vigas brutas, sin barnizar

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Pino, roble, castaño, chopo o eucalipto son los tipos de madera más utilizados para la recuperación de vigas. En esta cocina rústica con el techo alistonado, la interiorista Carme Caubet rehabilitó las vigas de pino primigenias, un tanto oscuras y mal barnizadas, devolviéndolas su color original. ¡Y este fue el flamante resultado! Por lo general, los listones se colocan en sentido contrario a las vigas, como aquí.

Mobiliario, diseño de Carmen Caubet, realizado por José María Torres. Encimera, de Silestone. Taburete, de Crearte Collections. Grifería, en Rovira. Lámparas, de Angel des Montagnes. 

5.

Vigas de madera naturales directamente sobre el techo

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Aunque tu casa de campo sea de obra nueva, lo ideal es respetar el estilo de las construcciones antiguas locales. Si hay vigas de madera, restaúralas. Y si no las hay, simúlalas. En centros de bricolaje, encontrarás vigas de poliuretano súper ligeras que imitan la madera a la perfección. En este salón las interioristas de LF91 Marta Jaúdenes y Olivia Reina restauraron las vigas antiguas y les dieron ese color miel que llena el salón de calidez.

Sofás modelo Albert, de Atemporal. Mesa de centro y escritorio, de Tot Interiors. Taburete, de Let's Pause. Butacas de ratán, en MIV Interiores.

 

6.

Con cañas en el entrevigado

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El techo de este salón se cubrió con cañas "atadas una a una por un artesano local", recuerda Paula Rombys, la interiorista responsable del proyecto. Sobre ese tejido natural se instalaron vigas de madera inclinadas del mismo color. La cubierta sostenible resulta fresca en verano y abrigada en invierno. El techo forrado de cañizo fue una técnica muy utilizada en la Antigüedad gracias a su resistencia a la intemperie y la humedad. 

Sofás blancos y alfombra, de Freer Living. Sofá Chester de cuero, de Flamant. Mesa de centro, de Rialto Living. Lámpara de techo, de Tine K Home. 

7.

Vigas de madera en plano y paralelas

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Las vigas de madera oscura dan apariencia de sobriedad y clasicismo. Al ponerlas en un techo recto aportan continuidad. ¿Un truco? Pinta las paredes en un color neutro para darle amplitud y luminosidad a la estancia. Y en los muebles, también elige colores claros. Es lo que han hecho aquí: vigas enceradas y nutridas con aceite de linaza, muros blancos y un sofá azul que refresca el ambiente.

Sofás, de Ikea. Mesa de centro y lámparas, de Maisons du Monde. Alfombra, de Zara Home.

 

8.

Con listones y vigas naturales en forma de trapecio

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En las construcciones de montaña, es habitual ver cómo las vigas se prolongan por las paredes adoptando una forma de trapecio que envuelve la estancia. Un ejemplo de ello es este salón rústico, proyectado por Carme Caubet, que aúna listones y vigas naturales sin barnizar. Para aclarar el color de la madera puedes decaparlas con chorro de arena y eliminar el barniz. Así, ganarás más luz.

Sofá con chaise longue, de Manuel Larraga con tela de Andrew Martin. Butacas, de Crearte, con tela de Andrew Martin. Mesa de centro, de Chehoma. Lámpara de pie, en Carmen Caubet. 

9.

Entre vigas de madera y pilares

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En las reformas de las casas antiguas aparecen además de vigas, otros elementos de construcción imposibles de eliminar: los pilares. Ellos sustentan el peso de la vivienda. En esta cocina de la imagen, la interiorista  Belén Ferrándiz optó por pintar las vigas de madera en blanco para actualizarlas, mientras que los pilares se oscurecieron.

Como la estructura de la cocina era de por sí espectacular, se decidió amueblarla de forma sencilla, en tonos neutros y sin armarios altos para darle amplitud y luminosidad.

Mobiliario de cocina y mesa del office, diseño de la decoradora. Sillas, de Mister Wils. Taburetes, de Tine K Home. Pavimento pintado en damero. 

10.

Vigas pintadas de blanco para ampliar espacios

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Una de las primeras obras que se suelen acometer en las casas donde han aparecido vigas oscuras, es pintarlas. ¡Y qué mejor de blanco! Eso fue lo que pasó en este salón, donde listones y viguetas reaparecen llenas de luz en una estancia que parece que ha ganado metros visuales. Y es que las líneas paralelas que forman las vigas crean una sensación de profundidad. Con la carpintería pintada de verde oliva, el salón ha ganado frescura.

Sofás y puf, de Ikea. Mesa auxiliar, de Segunda Época. Lámparas, de La Albaida.

 

11.

Vigas de madera pintadas en blanco y gris

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¿No me digas que este comedor en la cocina no desprende un puntito nórdico? María Lizarraga, interiorista de Ikea, ha elegido un tono nacarado para las paredes, blanco y gris en las vigas y madera y fibra en la decoración. ¿El resultado? La estancia parece más luminosa y más grande. 

Mesa Skogsta, sillas Agen y lámpara de techo Risbyn, de Ikea. Mobiliario de cocina Enhet, de Ikea.

 

12.

Un look muy total white

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Otra forma característica que adoptan las vigas de madera es esta forma de vía de tren que vemos en este salón. Estas eran oscuras en su estado original dando un aspecto lúgubre a la estancia. El Estudio Boira, responsable de su reforma, decidió pintarlas de blanco para aportar más luminosidad. ¡Y así han quedado de bonitas! El resto de la decoración va de la mano, paredes y sofás blancos, con la presencia cálida de la madera en el mobiliario.

Sofás y puf Grönlid y alfombra, de Ikea. Lámpara gris de sobremesa, de Muebles Pardo.

 

13.

Vigas de madera pintadas de gris ¡qué elegante!

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El gris claro es el protagonista de las vigas que decoran este doble salón. Pero antes no eran así, la interiorista Lourdes Pérez, de PS Interior, decidió sustituir la intensidad del nogal original por un tono más claro, que aportara serenidad y elegancia. ¡Dicho y hecho! Las decapararon para darles este discreto tono ágata que lucen ahora. Con las paredes y el techo en un tono perla, las vigas a dos aguas ganaron luminosidad. Solo así se pudieron mantener los muebles oscuros con gran peso visual.

Sofás, de Guadarte. Butacas Jules, mesa de centro, velador y mesa auxiliar, todo de Crisal. Alfombras, de Papiol.

 

14.

Vigas con troncos pintados de blanco

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Resulta curioso ver este concepto de vigas en el salón: utilizando el material en bruto, el propio tronco del árbol. Casi siempre lo hemos visto más en porches. En esta casa, las interioristas Marta y Marieta Yanguas y Marta Gómez de la Serna, decidieron llevar los troncos al centro de la casa y convertirlos en vigas, pero, eso sí, pintados de blanco, como el techo. ¡Un salón actualizado con aire campestre que nos encanta!

Sofá realizado a medida. Butaca, de El Rastro. Mesa de centro, de Hanbel. Alfombra, de Ikea.

 

15.

Vigas de madera pintadas en beis claro

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Multidireccionales y contundentes. Así son estas vigas de madera que decoran y enmarcan este dormitorio rústico y abuhardillado. La interiorista Mónica Garrido decidió pintarlas en un color beis claro para restarle peso visual. Igualmente, la habitación se amuebló de forma ligera con el fin de no quitarle presencia ni a las vigas ni a las vistas.

Banqueta y alfombra, de La Redoute. Cabecero realizado a medida por Viçenc Torrent. Lámparas apliques, de Lámpara y Luz.

 

16.

Vigas de madera con look marinero

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¿Vives en un sitio de costa o simplemente quieres replicar ese ambiente en tu casa? Fíjate en este dormitorio diseñado por Dara Díaz. Las vigas de madera modernas se pintaron en un color azul, a juego con la carpintería y la ropa de cama. La combinación con el blanco de las paredes da como resultado una estancia luminosa y súper refrescante. ¿A qué te gusta?

Cabecero realizado a medida por Nice Home Barcelona. Mesita de noche, de Cottage Little House. Banqueta, en La Maison.

 

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