Hay que cambiar el suelo ya y no sabes por dónde empezar. Sobre todo, porque el hecho de pensar que a lo mejor implica meterte en una reforma no es muy alentador. Sin embargo, puedes cambiar el suelo sin quitar el viejo -que es lo que implicaría hacer obras-. Se trata de revestimientos ligeros en lamas, rollos o pastas autonivelantes, que se colocan sobre pavimentos de baldosas o cemento. No necesitan argamasa ni máquinas, y la mayoría incluso los puedes colocar tú. Además tienen más ventajas, porque ¡son mucho más baratos!

Pedro Benavente, experto en suelos y jefe de sector tienda online de Leroy Merlin nos disipa las posibles dudas y nos explica qué tipo de suelos podemos colocar y conseguir un nuevo look en toda la casa. 

suelo sin obras

Fuente: Fabricantes.

El Mueble

1. Suelo vinílico

Lo más importante es que sí se puede instalar el suelo vinílico sin quitar el viejo y en cualquier superficie(cemento, mármol, cerámica...). Ahora bien, "dependiendo de la superficie, se podrá instalar un tipo de vinilo u otro", afirma Benavente.

Si la superficie está nivelada y no es porosa, se podrá instalar mediante lamas o losetas adhesivas. Si no está totalmente nivelada, se podrá instalar mediante lamas en clic, que es una instalación más rápida", explica. Solo hay una excepción y esta es si quieres colocar un suelo vinílico sobre la moqueta.

Es antibacteriano, antideslizante y antiestático. Conviene saber que hay dos tipos de instalación: "La adhesiva y la que se hace en clic. Ambas valen para todo tipo de estancias como dormitorios, salones, cocinas, baños…

Aunque es superresistente a fregados, así que apuesta por él en baños y cocinas. Ah, y tienen una instalación muy sencilla y no requiere hacer obras", indica Benavente. El precio que puedes encontrar va desde los 5 €/m2 en el caso de las losetas vinílicas y desde 4,3€ m2 en vinilos al corte. Un truco: límpialo para que quede brillante con un abrillantador.

Cambiar el suelo sin obras.

Suelo de vinílico imitación madera.

Pergo

2. Suelo laminado

El suelo laminado el más conocido aunque quizás te suene por su otro nombre: "flotante". Está formado por tablones que tienen un espesor de entre 7 a 12 milímetros -aunque están de moda los XXL-. Se puede colocar encima de cerámica, piedra, hormigón, madera, baldosas…, es decir, sobre cualquier superficie "colocando una base aislantes que salve irregularidades de hasta 4 mm", explica Benavente y añade: "una buena base será también capaz de reducir a la mitad de su nivel acústico". Atención: si hay moqueta o tarima de madera debajo, habrá que retirarlas.

Benavente explica que este tipo de suelo, "es fácil de instalar y muy práctico porque su principal ventaja es que para instalarlos no es necesario retirar el antiguo pavimento. Además, no hace falta acuchillarlos ni barnizarlos y cuentan con un eficiente sistema de sellado que evita que se filtre el agua y una capa superior de resina que facilita su limpieza".

El sistema en clic también lo tienen los suelos laminados. Las lamas, que están en muchos tamaños y formatos, se encajan sobre una base aislante de caucho y espuma que aislarán del frío y la humedad. Aunque es más complicado de poner, da mejor resultado. Un apunte: en su instalación hay que dejar una junta perimetral de 1-2 cm alrededor de la estanca que se cubrirá con el rodapié.

Otro de sus puntos a favor es que es muy económico y permite "disfrutar de la calidez de la madera con un coste muy asequible".Finalmente, cabe destacar que el suelo laminado es muy resistente, y está normalmente fabricado con restos de madera reciclada y resinas no tóxicas. El precio aproximado es de 5,5 €/m2.

Principales diferencias entre suelos vinílico y laminado

Suelos vinílicos

  • Incluye protección frente a la suciedad y los arañazos.
  • El vinilo impreso reproduce el material.
  • Tiene un núcleo de vinilo muy flexible, resistente al agua y que aporta confort y aislamiento.
  • Tiene una base estabilizante de fibra de vidrio densa.
  • Una capa extra de vinilo será superresistente a los impactos, y evitará las deformaciones y las curvaturas.
  • En contra: no es tan ecológico y sostenible como el suelo laminado -aunque sí que existe el vinílico reciclado-. Asimismo, los de calidad baja no imitan demasiado bien los materiales.

Suelos laminados

  • Tiene una capa protectora de melamina transparente.
  • La capa impresa reproduce el material en alta resolución sobre una lámina de celulosa.
  • El núcleo de HDF es un tablero de partículas de madera, compacto, estable y resistente al agua. 
  • Tiene una base equilibrante que evita las deformaciones.
  • En contra: aunque cada vez está más conseguido, no es tan bonito ni tiene la textura de los materiales auténticos.
Cambiar el suelo sin obras.

Recibidor con banco tapizado de franela verde, de Telas y Telas. Mesas auxiliares, en Galería de Robles. Pavimento laminado en gris, de Leroy Merlin. 

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3. Suelo de linóleo

El linóleo proviene de productos naturales, y es un producto muy resistente y duradero, especialmente al paso de los años. Es ecológico y biodegradable. Este material tiene una alta resistencia a la abrasión, lo que hace que no pierda color con el tiempo.

Este tipo de suelos se pueden instalar sobre viejo y, "si aplicas antes una capa de mortero nivelante, podrás instalarlo en cualquier superficie", confirma el experto de Leroy Merlín. ¿En qué estancia es mejor colocarlo? Al ser antialérgico, se recomienda en los dormitorios. Como resulta muy confortable y los arañazos apenas se ven, por lo que también se aconseja en dormitorios infantiles o recibidores. 

Es conveniente pulirlo al menos una o dos veces al año. Los acabados que se pueden encontrar suelen ser uniformes, puesto que se consiguen añadiendo pigmentos naturales a la mezcla original. Para limpiarlo, bastará con un limpiasuelos normales. 

En ocasiones estos colores se unen para hacer diseños geométricos. Se coloca con piezas encastadas, losetas o rollos de 2 metros de ancho y encolado. ¿Lo mejor? el linóleo -junto al vinílico y laminado- puede durar en buen estado unos 30 años, según el uso.

Cambiar el suelo sin obras.

Salón con sofás, mobiliario de cocina, mesa, sillas y lámpara de techo del comedor, de Home Select. Tabutetes, en Los Peñotes. Lámparas de la cocina, de Tom Dixon. 

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4. Suelo de microcemento

El suelo de microcemento se puede instalar sobre el viejo, eso sí, "si la superficie es cerámica", alerta Benavente. El microcemento es resistente y de larga duración. Es un revestimiento a base de ecocemento, minerales, resinas acuosas y elmentos reciclados. Se aplica de forma artesanal, sin máquinas ni obras. Destaca también porque, como agarra bien sobre cualquier superficie, permite unificar el suelo con las paredes e incluso con muebles de obra. 

Ofrece todo tipo de acabados: los hay lisos, uniformes, con relieve y textura, en distintos tonos... Los más novedosos incorporan nuevos materiales, como virutas de madera.

Y también es muy higiénico, pues no tiene juntas y con la capa de sellado final evitan la proliferación de microorganismos, moho, alérgenos. También es fácil de mantener, ya que para su limpieza habitual tan solo es necesario usar agua y jabón neutro, un cuidado muy parecido al del suelo de madera natural. Benavente destaca que si quieres colocar este tipo de suelo en el baño hay que aplicar un "acabado antideslizante".

No obstante, si que es un suelo más delicado que los otros y, por este motivo, hay que impermeabilizarlo. Normalmente tiene una garantía de 2-3 años, pero en una casa aguanta mucho más. "Este material es perfecto porque no hace falta picar revestimientos ni pavimentos y no genera desescombro. Así se evita el polvo, el tiempo y los inconvenientes de una reforma tradicional", indica el experto.

Además, no se agrieta ni cuartea, y no tiene juntas, así que queda una superficie continua, por lo que hace más fácil su mantenimiento y en combinación con la capa de sellado final evitan la proliferación de microorganismos, moho, alérgenos..", asegura este experto en suelos.

El microcemento se vende en lotes predosificados de 13 kg a 70 € aproximadamente. ¿Y dónde es mejor colocarlo? Lo ideal es colocarlo en aquellos espacios donde se quieran igualar las paredes y el suelo. Por ejemplo, en el baño. Aunque en salones y comedores aporta un estilo industrial muy de tendencia.

El microcemento: ideal sobre suelos radiantes

Todos los revestimientos sin obra son aptos para poner con calefacción radiante,  pero el que mejor conductividad térmica presenta es el microcemento. Con el resto hay que colocar una base reflectante bajo el circuito. Si el sistema ya está instalado, ¡no merece la pena! 

Cambiar el suelo sin obras.

Cocina con mobiliario realizado a medida. Taburetes, de Let's Pause, en La Maison. Cestos y alfombras redondas, en Carolina Blue. 

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5. Suelo de resina epoxi

Este tipo de suelos no se pueden colocar encima de madera y es muy importante que la instalación caiga en manos de un profesional. El efecto que crea es un suelo continuo, es decir, liso y sin juntas. De grosor muy fino, aproximadamente 2 milímetros, la resina es un material autonivelante muy resistente.

Llevan dos componentes que se endurecen cuando se mezclan y que son muy resistentes. Como hemos comentado antes, estos suelos de resina epoxi se deben aplicar sobre superficies rígidas, niveladas y en buenas condiciones. ¡Es otra muy buena opción para colocar sobre un suelo radiante!

Cambiar suelos sin obras.

Comedor con puerta corredera que separa la cocina.

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6. Suelo de moqueta

El suelo de moqueta se puede instalar sobre el antiguo suelo siempre que este "esté nivelado y utilizando una buena base". Para Benavente, las moquetas (igual que las alfombras), "ofrecen una pisada más cómoda que andar directamente sobre el suelo. Además, son beneficiosas para la salud.

La esponjosidad, suavidad y flexibilidad de algunos tejidos de moqueta permiten que se amortigüe el peso del cuerpo cuando se anda por encima de ellas, a diferencia de andar en superficies duras como el hormigón o asfalto de la calle. Cuanto más profundo sea el pelo de la moqueta mayor masaje natural aportará si se anda descalzo sobre su superficie", concluye.

Benavente considera que el suelo de moquetas tiene muchas ventajas, ya que "aíslan acústica y térmicamente la vivienda, puesto que ayudan a mantener el calor, con el consiguiente ahorro en calefacción que supone. Además, amortiguan las caídas (cosa que es de agradecer si tienes niños pequeños). La mayoría son antiestáticas, es decir, capaces de disipar la electricidad electroestática y, por tanto, útiles para instalar en zonas de ordenadores.

Finalmente, no hay que olvidar que bloquean el polvo. Con esto quiero decir que las fibras de pelo de las moquetas lo retienen y no lo sueltan hasta que no se aspira. En consecuencia, reduce la existencia de partículas de polvo en el aire un 50%." Con un espesor aproximado de 5 mm, el metro cuadrado lo encuentras a partir de 3€.

Cambiar el suelo sin obras.

Comedor con mesa de roble y hierro, de un anticuario francés. Sillas, en IKEA. Lámpara de techo de metalarte, en Biosa & Botey. Visillos, en Coordonné. 

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7. Suelo de corcho

Es otra de las opciones que existen para cambiar el suelo de tu casa y que se puede instalar sin hacer obras. El corcho puedes colocarlo en cualquier superficie si está nivelada y no es porosa. Una de las principales ventajas que tiene es que este tipo de suelos son una alternativa ecológica y sostenible.

Además, "producen una sensación mullida al pisar, por lo que es recomendable, por ejemplo, para evitar golpes de posibles caídas infantiles", confirma Benavente. Pero no te imagines el típico suelo de corcho, ya que los hay que imitan a la madera. Al igual que la moqueta, el corcho es un gran aislante acústico y térmico.

Tanto su instalación como su mantenimiento es sencillo y son perfectos para personas que suelen ser propensas a las alergias o asmáticas. Este tipo de suelo, repele el polvo y, por lo tanto, a los temidos ácaros. Para limpiar el suelo, bastará con pasar la mopa, una escoba o el aspirador. 

Hay otra variedad parecida al corcho y que también es ecológica es el bolón, cuyo tejido consiste en fibras de vinilo trenzadas, donde el 38% provienen de vinilo recicilado y el resto son minerales. ¡Es también una opción muy confortable y aislante!

Cambiar suelos sin obras.

Habitación infantil con suelo de corcho.

Haro

¿En qué se diferencian los distintos tipos de suelo?

  1. En la composición: los suelos laminados se fabrican con virutas de madera reciclada, mientras que los vinílicos son de PVC. El linóleo es el más ecológico, ya que se realiza con aceite de linaza, madera y otros elementos naturales. El microcemento es un producto a base de resinas y minerales. Y todos son respetuosos con el medioambiente.
  2. En los formatos: los suelos se presentan en lamas, losetas o rollos. Las lamas son perfectas para imitar el estilo de las tarimas de madera; las losetas van bien en suelos que imiten baldosas o materiales de construcción. Si buscas un efecto continuo y sin juntas, los rollos y las pastas nivelantes (cemento y resinas) son los más acertados. Un consejo: antes de colocar un suelo en rollo, quita los rodapiés y vuélvelos a colocar cuando termines la instalación. 
  3. En los acabados: si quieres un estilo cálido y neutro, los laminados y vinílicos que imitan madera son la mejor opción. El linóleo permite conseguir relieves y texturas, mientras que el microcemento aporta un aire muy actual, y lo hay en muchos colores distintos.
  4. En la resistencia. Fíjate en los embalajes: los mejores laminados son los de tipo AC4 o AC5; si son de clase 32- 33, soportarán la humedad. Los vinílicos de clase 33 también son los más resistentes. El linóleo debe llevar un acabado especial y el microcemento se debe sellar y pulir para evitar manchas.
  5. En la instalación: excepto el microcemento, todos los suelos se pueden instalar fácilmente sin ser profesional. Para suelos en rollo o losetas hay que adquirir un 10% más de material para cubrir cortes y fallos. La instalación de vinílicos y laminados ronda los 15 €/m2; la de linóleo, entre 15 y 25 €/m2. Poner un suelo de microcemento cuesta unos 25 €/ m2.

¿Quieres algo más fácil? ¡Pinta tu suelo!

Para actualizar el aspecto del suelo fácilmente, elige pinturas acrílicas especiales: hay que limpiar a fondo el suelo y aplicar dos capas dejando secar 24 horas entre ellas. Después, conviene lijar suavemente la superficie. ¡Así mejorarás el agarre y durará más tiempo! Te recomendamos usar un rodillo especial para suelos de 22 cm y un alargador. Cuando termines, límpialo todo con detegente neutro y fregona suave. Un consejo: no arrastres los muebles porque se puede rallar. 

Últimos consejos

  • No hay un material mejor que otro: la elección del material del suelo depende del estilo que le quieras dar.
  • Antes de empezar, evalúa el estado del suelo, mira si el pavimento está bien nivelado.
  • El grosor de la lama aporta al suelo robustez, un clic más duradero y un mejor comportamiento acústico a la pisada. A mayor grosor, mayor robustez del conjunto general.
  • Recuerda que al poner el suelo, todo será más alto así que deberás rebajar los marcos y puertas.
  • Los rodapiés: seguramente deberás sustituirlos por nuevos.

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