La decoración —como la moda— es cíclica. Hoy nos hemos puesto nostálgicos y hemos echado la vista atrás a la década de los 90, exactamente a 1992. Sí, el año en el que España asombró al mundo con la Expo de Sevilla, los Juegos Olímpicos de Barcelona o la apertura del Museo Thyssen en Madrid.

Un año de bonanza económica que poco nos iba a durar (en 1993 entrábamos en recesión). Ese estado de euforia y despreocupación absoluta se extendió a todos los ámbitos de la vida, a la música, las comunicaciones y, también, a la forma de decorar nuestras casas. Miramos por el retrovisor para recordar cómo eran los salones de entonces y qué tipo de sofá arrasaba en las casas españolas en 1992. ¡Agárrate que vienen curvas!

Salones entre sofisticados y horteras

En las casas de los 90, el salón era la estancia principal, donde se recibían las visitas, sobre todo, para impresionarlas. Se presentaban a lo grande, rebosantes de muebles y objetos: espejos, cuadros, antigüedades, la mesa camilla... Apenas quedaba un centímetro libre.

En muchas casas, además del salón (solo para recibir invitados) había una salita de estar más pequeña presidida por un sofá, una mesa de centro y el mueble de la tele (sí, porque nuestra vida giraba en torno al televisor y al VHS. Y más ahora que empezaban a despuntar las cadenas privadas).

¿Cómo eran esos sofás típicos de los 90 en el que nos sentábamos a ver ¡Hola Raffaella!? Pues francamente, horribles vistos ahora, claro. Entonces nos parecían lo más ¡era lo que se llevaba! Pero hoy, con el paso del tiempo, no entendemos cómo nuestras madres pudieron ser cómplices de ese desaguisado decorativo. Han pasado 30 años y, gracias a dios, nuestras casas han cambiado mucho desde entonces.

Sofá de rayas en salón de los años 90.

Sofá de rayas en salón de los años 90.

El Mueble

Sofás con grandes estampados

En los salones de 1992 los sofás eran a lo bestia, aunque no hubiera sitio. La mayor parte de la estancia la copaba uno o dos sofás con butacas. Se llevaban de grandes dimensiones, con asientos anchos y súper mullidos —casi a punto de estallar—, amplios reposabrazos y respaldos altos.

Normalmente, solían estar tapizados en colores vivos —la fiebre de los neutros aún no había comenzado— y las telas lo mismo mezclaban estampados de rayas en un sofá, adamascados en otro o cuadros en la butaca. Y si no fíjate en este salón que publicamos en El Mueble allá por los 90: una mezcla de estampados muy interesante. El mix & match ya se llevaba, aunque en 1992 tenía más de lo primero que de lo segundo.

Sofá estampado en salón de los 90.

Sofá estampado en salón de los 90.

El Mueble

Además de estos sofás tapizados con un único estampado, te serán familiares otros diseños que hemos recuperado de nuestro archivo fotográfico: el que mezclaba motivos sin despeinarse, flores con rayas o damascos y rayas, en un claro estilo patchwork. Como este de la imagen, donde la funda estampada con franjas verdes del sofá compite con el papel pintado de la pared ¡a ver quién puede más!

El algodón era el material estrella por entonces y, como hemos visto, el color y las geometrías lo petaban. "También se llevaban tejidos elegantes de mucha calidad, en lino y seda. Y el moiré, una tela que hacía aguas, estaba muy de moda" —explica Beatriz Gancedo. 

Loft joven de Nacho James en Casa Decor .

Loft joven de Nacho James en Casa Decor.  

Casa Decor

La reaparición del capitoné

El año 1992 vio nacer la primera edición de Casa Decor, la plataforma de interiorismo, diseño y tendencias decorativas. Hemos acudido a ellos para ver cómo los interioristas plasmaban en casas reales las tendencias de los 90. Un ejemplo de ello es este espacio que presentaba Nacho James en esta primera muestra. En el salón vemos un sofá tipo capitoné, el acolchado británico por excelencia recuperado por entonces. Podía ser de terciopelo, como este, o de cuero

"A la tendencia clásica y exuberante en tejidos estampados le acompañó en los 90 una línea más minimalista representada por la sobriedad del cuero y el terciopelo liso en colores oscuros" –recuerda Paula Serrano, responsable de firmas como Pepe Peñalver, Lizzo o Alhambra.

Salón de los 90 con sofá estampado y cojines lisos.

Salón de los 90 con sofá estampado y cojines lisos.

El Mueble

Los cojines, contados

Si te fijas en el número de cojines que decoraban los sofás representativos de 1992, nada tienen que ver con los que se ponen ahora. Mientras que en el nuevo milenio nuestras estilistas no bajan de 5-6 cojines, en los 90 parece que estas piezas estorbaban y aparecen en un número mucho más comedido, dos o tres a lo sumo. En este salón de El Mueble, el sofá tapizado en jacquard va acompañado de solo tres cojines lisos. ¡Quién nos lo iba a decir!

Con la perspectiva que dan los años, y sabiendo lo que sabemos, el año 1992 decorativamente hablando es un año si no para olvidar, sí para no echar de menos. Los diseños tan abigarrados y coloristas ya no nos agradan aunque son una buena manera de mostrarnos cómo hemos cambiado ¡siempre para bien!

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