6 recibidores de IKEA llenos de ideas para copiar: pequeños, modernos, elegantes, ingeniosos...

Abres las puertas correderas y voilà! ¿Te imaginabas tanta capacidad? Por un lado caben los abrigos; por otro está el zapatero con baldas en tres alturas; por último, está lleno de percheros de pared que mantienen ordenados los bolsos, la cesta de la compra, los paraguas y hasta las banquetas. Si organizas los artículos más pequeños en cajas, te resultará más fácil encontrarlos. Las de fibra natural aportan calidez al conjunto y son ideales para guardar objetos pequeños. Además, en este caso se utiliza una iluminación integrada para mejorar la organización y conseguir una mayor eficacia.

La entrada es larga y estrecha, delimitada por un murete con plantas colgantes. Al otro lado, la pared se llena de armarios con puertas negras. En ellos, hay estantes a diferentes niveles para guardar zapatos y prendas de ropa. Una de las soluciones más prácticas que siempre propone IKEA para mantener el orden es llenarlos de cajas y accesorios de almacenaje de todo tipo que puedes encontrar en el gigante sueco. Los focos del techo marcan el paso y mantienen esta zona con menos luz iluminada, rebotando en el gran espejo que está al fondo, ampliando e iluminando visualmente el espacio y complementando la zona del vestidor.

Justo detrás de la puerta tenemos otra sorpresa y es otra zona que está muy bien aprovechada. Un sencillo perchero de madera sirve para que tanto niños como adultos puedan acceder fácilmente a sus enseres personales. Si añades un banquito pequeño puede servir a modo de descalzadora, y más cuando vemos que tiene una balda inferior para dejar los zapatos que más usas.

Asegúrate de que la entrada, que es lo primero que se ve al entrar en casa, transmita una sensación acogedora, añadiendo detalles cálidos como una alfombra hecha a mano en lana suave. ¿Otra idea genial? Pinta la vieja tarima de madera con una acabado de color blanco y cuadros en marrón rojizo. ¡Nos encanta!

Aquí te presentamos un recibidor de carácter muy urbano y actual, donde predomina el negro y el acero. Un banco sirve a modo de zapatero y descalzadora cuando  la gente entra y sale de casa. Además, los ganchos del perchero, situados en una estructura vertical muy decorativa, sirven para colgar bolsos y abrigos. Añade un par de pequeños espejitos que, a la vez, sirven también de percheros para colgar bolsos y pequeños objetos. Una gran alfombra estampada, amorosa y colorida es imprescindible para dar ese contrapunto cálido que necesita el frío acero y el estricto color negro.

Todo guarda coherencia con la escalera negra que guarda una pequeña sorpresa en su parte inferior. ¡Atenta a la siguiente imagen!

El teletrabajo se ha impuesto en nuestras vidas y nos hemos dado cuenta de que añadir una zona de estudio o trabajo en casa, sobre todo si escasean los metros cuadrados, es tarea difícil, ¡pero no imposible! Solo hay que echarle imaginación.

El recibidor no es un espacio usual para ello, pero sí es una zona tranquila en la que se puede colocar un pequeño escritorio plegable para dejar fluir tus ideas. Es de pino natural, que queda bien en cualquier recibidor y envejece estupendamente. Crea un espacio acogedor con soluciones de almacenaje prácticas y una iluminación enfocada. Intenta organizar todos los utensilios en cajas específicas y módulos de almacenaje integrados.

¿Hay más huecos susceptibles de ser aprovechados? Pues no lo dudes y utiliza esa pequeña pared para albergar más percheros y estantes. Con el diseño HEMNES se pueden colgar chaquetas, bolsos y sombreros justo antes de salir o entrar. Si quieres sacar el máximo rendimiento al perchero, puedes utilizar perchas múltiples para guardar accesorios sin sacrificar el espacio.

Justo arriba, aprovechando al máximo la verticalidad de la pared, se ha colocado otra balda con cestos de mimbre para darle el puntito decorativo y cálido.

Si buscas un recibidor elegante y atemporal, busca muebles de líneas rectas, con acabados suaves y tonos neutros. Luego, personaliza la decoración con mezclas de colores, texturas y detalles naturales como un jarrón con plumas o una alfombra de yute. El espejo y la lámpara completan el look sobre el mueble zapatero, añadiendo profundidad y dejando que la luz rebote en las diferentes texturas.

Al final del pasillo, hay cabida por un armario de tres cuerpos que nunca está de más como extra de almacenaje. Al ser de color blanco, añade esa sensación de neutralidad y calma que un recibidor así necesita. Además, aporta un toque de luz necesario, en contraste con las elegantes paredes en gris antracita.

Justo al lado de la ventana también hay cabida para otra solución de almacenaje. En este caso, unas estanterías abiertas y de mediano tamaño donde poner un punto de iluminación cálido, siempre imprescindible en el recibidor para que sea mucho más acogedor.