¿La decoración de tu salón se ha quedado desfasada? ¿No le sacas el partido que deberías a tu dormitorio? Tenemos una buena noticia: no siempre es necesario embarcarse en obras, a veces, basta con una redistribución del espacio, un cambio con criterio de mobiliario y un estilismo muy cuidado para que ese espacio se transforme.

Estos seis ambientes así lo demuestran. La estilista de El Mueble y decoradora Olga Gil-Vernet los ha renovado ganando más calidez, luz y practicidad sin tocar ni un tabique. 

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1. Antes: un salón al que no se le sacaba partido al bonito espacio

Salón antes del restyling

Salón antes del restyling.

El Mueble

"Me encontré con un salón que tenía una base muy bonita, con la chimenea antigua y la librería tipo boiserie, pero el mobiliario que tenía no era de las proporciones adecuadas y lo sofás oscuros marcaban demasiado", explica la estilista y decoradora Olga Gil-Vernet.

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Después: un salón elegante, acogedor y confortable

Salon moderno decorado en tonos neutros.

Sofá diseño de Ladies & Gentleman tapizado por Miki Beumala. Cortinas de Zara Home Butaca, en Margarita Ventura y mesas de centro de Ethnicraft.

El Mueble

"Respetando la estructura original, solo con el cambio de mobiliario, los textiles y los pequeños detalles, que ayudan a dar mucho encanto, transformamos por completo el salón. Empezamos por el sofá, apostando por una rinconera en blanco que logra aprovechar la esquina, llena el espacio y regala más plazas de asiento.  Cambiamos la alfombra, por una grande y proporcional, y cerramos el estar con una butaca", explica Olga.

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Después: dos mesas de centro negras, un guiño decorativo

Detalle de mesa de centro negra.

Mesas de centro de Ethnicraft.

El Mueble

"Aunque me suele gustar elegir mesas de centro de madera, en este caso opté por dos negras, porque así creaba un hilo conductor con la chimenea, que es una pieza antigua muy bonita. Y, para que no se viera demasiado fría o dura, vestí la mesa de centro con una bandeja redonda de mimbre, que le da calidez".

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Después: la importancia de los detalles cuidados

Salón clásico con chimenea y butaca tapizada.

Butaca, en Margarita Ventura y lámpara, en Sacum.

El Mueble

Buena parte de la transformación de este salón se debe, también, al estilismo, nos cuenta Olga. "Jugamos muchísimo con el estilismo: ramos de verde, la decoración de las estanterías y los textiles. En este sentido, optamos por cojines de tonos azules combinados con colores naturales y toques de negro, siguiendo este hilo conductor con la chimenea y las mesas de centro. Los pequeños detalles hacen mucho para lograr un ambiente cálido y confortable", resume la estilista y decoradora.

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2. Antes: un comedor al que le faltaba calidez y encanto

Comedor antes de Olga Gil Vernet

El comedor antes del cambio.

Olga Gil-Vernet

"Este comedor pertenece a una casa de Holanda. Y, de origen, resultaba muy frío. La base era muy blanca, para potenciar la luz, pero esto junto con el suelo de microcemento le restaba calidez", nos cuenta Olga. 

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Después: un comedor luminoso, estiloso y abrigado por los textiles

Comedor después de Olga Gil Vernet

Mesa de madera de roble y sillas tipo butacas tapizadas.

Olga Gil-Vernet

"El objetivo a la hora de redecorar este comedor era sumar calidez pero sin salirnos de la paleta de los neutros, porque son los tonos que le gustan a la propietaria. Lo logramos con los textiles, por un lado, el papel pintado de cuadros que viste la pared, que siendo un vinílico, tiene un efecto entelado que da calidez y calor al espacio. Y, por el otro, las butacas tapizadas, la gran alfombra de fibras y las lámparas con pantalla de tela. Aprovechamos para cambiar la mesa, que antes era cuadrada, por el espacio queda mucho mejor esta recrangular; y el suelo, que era de microcemento y ahora es un porcelánico que imita la madera", explica Olga Gil-Vernet.

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3. Antes: un salón desaprovechado y frío

Salón antes de Olga Gil Vernet.

Este salón se veía soso y desaprovechado.

Olga Gil-Vernet

"Este salón era grande y tenía muchísima luz, pero no se le sacaba partido. Los muebles eran pequeños para el espacio, no estaban proporcionados, y la distribución no resultaba nada práctica", nos cuenta Olga.

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Después: un salón muy acogedor organizado en dos zonas

Salón después de Olga Gil Vernet.

Salón y butaca tapizados.

Olga Gil-Vernet

El objetivo a la hora de redecorarlo fue sacar partido al espacio, ganar comodidad y mucha calidez. Para ello, la decoradora apostó por dos sofás tapizados organizados en L. "Aprovechamos la columna para colocar una mesa auxiliar y enfrentar uno de los sofás a la tele, de esta manera hacíamos el espacio del salón más grande. Y en la trasera del sofá creamos un rincón de lectura con una butaca y una alacena  que ofrece almacenaje extra para el comedor", explica. 

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4. Antes: un salón oscuro, frío y desaprovechado

Salón antes de Olga Girl Vernet.

El salón resultaba oscuro antes del restyling.

Olga Gil-Vernet

Este salón pertenece a un piso de Londres, por lo que aprovechar al máximo la luz natural era básico, porque no siempre abunda. "Tenía unos grandes ventanales, pero las cortinas de lamas, los muebles oscuros y la pared roja del salón se la comían. Además, la distribución en la zona del salón no sacaba partido al espacio: el sofá estaba orientado mirando la pared, dando la espalda a la ventana, era una distribución poco atractiva. Y un mueble en medio interrumpía la circulación", resume la decoradora.

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Después: un salón muy luminoso, capaz y confortable

Salón decorado en blanco con zona de comedor.

Sofás tapizados de lino.

Olga Gil-Vernet

"El espacio tenía unas cualidades muy buenas. Primero, porque la planta era rectangular y esto para distribución lo facilita mucho, y después por el gran ventanal. El objetivo era darle mucha calidez, recuperar la luz natural y actualizar el mobiliario. Para ello, cambiamos el color de la pared y lo pintamos en un tono gris verde muy suave que le da mucha luz. Hicimos un mueble a medida que integra la tele y la chimenea, y dos cuerpos con estanterías. Y lo lacamos de blanco para dar luminosidad y contraste. Solo con el color y, muy importante, las cortinas de lino, que le dan muchísima calidez y luz, ya cambiamos mucho el espacio", recuerda Olga. 

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Después: una zona de día diáfana y más amplia

Salón después de redecoración de Olga Gil-Vernet

Sofá y butaca tapizadas de lino.

Olga Gil-Vernet

"Al contar con una gran librería, pudimos eliminar la estantería central que separaba el espacio y ahora nos queda la sala despejada, viéndose más amplia. Pusimos un sofá arrimado a la pared que mira la ventanal y lo acompañamos de una butaca a juego, ambos en blanco, para darle luz. Vestí el suelo con una alfombra de sisal, porque es un parquet un poco oscuro y así lo iluminábamos. Lo único que se tenía que mantener el mueble azul, porque era una pieza especial para los propietarios. Pero al pintar las paredes de ese gris verdoso, este color azul turquesa queda muy bien", resume la decoradora. 

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5. Antes: un porche anticuado con muebles demasiado pequeños

Porche de exterior antes de Olga Gil Vernet

El porche antes del restyling.

Olga Gil-Vernet

"Este porche es muy grande y disfruta de unas vistas maravillosas al jardín, pero estaba muy mal aprovechado, y además, los muebles eran demasiado pequeños por las dimensiones del porche. Y esto empequeñecía visualmente el espacio", recuerda la decoradora", explica Olga Gil-Vernet.

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Después: un estar de exterior más aprovechado y acogedor

Salón de exterior después restyling de Olga Gil Vernet.

Porche con butacas y sofás de bambú.

de Olga Gil-Vernet

"No conservamos nada del mobiliario original. Lo renovamos todo y apostamos por una nueva distribución. Así, en la zona del estar, pusimos dos sofás grandes de bambú en L, que ya te hace más grande la terraza. Y, muy importante, diseñamos una gran alfombra a medida, que al hacerla muy grande, también la zona de estar crece. Y cerramos el espacio con un par de butacas de mimbre". 

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Después: un comedor renovado y muy completo

Salón de exterior después de Olga Gil Vernet

Porche con zona de estar y comedor.

Olga Gil-Vernet

"En el comedor, diseñamos una gran mesa de madera con patas decapadas en blanco, y para las sillas escogimos un diseño que combina madera con fibras, para ir en sintonía con el estar. Y el toque de color viene de los textiles: optamos por tonos verdes, que enlazan con el jardín, y mostaza, que da el contrapunto más cálido", apunta.  

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Antes: un salón comedor frío que daba la espalda a la luz

Salo´n antes de Olga Gil Vernet

Antes del restyling el salón tenía una estantería negra.

Olga Gil-Vernet

"Este salón comedor tenía una caja que estaba bien –paredes blancas, suelo de microcemento de un tono cálidos...–, pero tenía piezas muy oscuras y desfasadas, como la librería y los sofás de cuero, que hacían que el ambiente se viera demasiado frío", recuerda Olga. 

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Después: un salón comedor actualizado, más luminoso y con encanto

Salón con elementos en blanco, madera y fibras naturales.

Tras el restyling el salón es mucho más luminoso.

Olga-Gil Vernet

Este salón comedor demuestra que, con pocos cambios, se puede lograr una transformación radical del espacio. "Empezamos por eliminar los sofás, que los cambiamos por unos tapizados en blanco, y la librería, que la reemplazamos por unas baldas de madera. Con esto el espacio ya se ve diferente y se gana sensación de amplitud. En el estar, optamos por dos mesas redondas bajitas de madera, que las enmarcamos con una alfombra, también redonda, de fibras. Y, muy importante, reemplazamos los estores oscuros, que se comían mucha luz, por otros de lino, que inundan de claridad el espacio". 

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