"Los sueños, sueños son", decía Calderón de la Barca. Pero a veces esos sueños se convierten en realidad. Y eso es lo que le ocurrió a la decoradora Elena Jiménez con esta casa en el pueblo de Llavaneres (Barcelona). Se enamoraron enseguida de su jardín, pero los interiores necesitaban una remodelación completa. "Era la típica casa de veraneo muy compartimentada. Piensa que tenía cuatro dormitorios y cinco baños. ¡Un horror!", recuerda Elena. Pero su instinto y los años de oficio le hicieron ver sus muchas posibilidades.

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1.

La decoradora Elena Jiménez en su jardín

La decoradora Elena Jiménez en su jardín.

La decoradora Elena Jiménez en su jardín.

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Sin embargo, con la llave de su nueva casa en el bolsillo... le asaltaron las dudas. "¿Y si me había equivocado? ¿Y si no podía tirar los tabiques? Pero todo fue rodado y en solo tres meses estrenábamos casa". Elena recuerda con humor esos días, en los que tenía a una cuadrilla de industriales en casa: "¡llegaron a ser 20! ¡Una locura! Podría haber sido una pesadilla, pero me ayudaron mucho, y no pudo salir mejor." Damos fe de ello.

2.

Una casa abrazada por el verde

Jardín y porche de la casa.

Jardín y porche de la casa.

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"Cuando dimos con esta casa, de un pueblo a las afueras de Barcelona, nos encantaron las vistas y el jardín", recuerda Elena Jiménez, decoradora y propietaria de esta casa. "Siempre habíamos soñado con vivir fuera de la ciudad, rodeados de verde y naturaleza. Pero el trabajo, los horarios y las obligaciones se interponían”. Hasta que con su hijo 'independizado' decidieron que había llegado su momento. 

3.

"La casa era muy feota"

"La casa era muy feota"

Sofá, de Coton et Bois. Mesa de centro, de Mercader de Venecia. Mesa auxiliar, en Sacum. Lámparas de pie, en Luzio. Alfombra, de Francisco Cumellas.

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Todo lo bonito que tenían los exteriores lo tenían de feo los interiores de la casa. Y es que, como recuerda Elena, "la casa era muy feota. Yo, que siempre he sido muy de blanco, me encontré con una casa superoscura y muy compartimentada. ¡Un horror!". 

4.

Querían un salón sin puertas

Querían un salón sin puertas

Alfombra de Francisco Cumellas y velador de Sacum. 

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Una de las prioridades de la reforma, además de bañarlo todo de blanco, fue abrir para ganar espacios amplios y comunicados. Hasta el punto de que apenas hay puertas: "no las quería. Los únicos espacios independientes son los dormitorios. El resto están integrados o comunicados por pasos abiertos, como el salón con el comedor y la cocina o el despacho contiguo". 

5.

Y una cocina abierta que mira al jardín

Y una cocina abierta que mira al jardín

Mesa de Mercantic y sillas tapizadas con lino grueso lavado. La lámpara es de Matèria. 

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En la nueva distribución de espacios tuvo mucho que decir el jardín. "Abrí la casa al exterior, con nuevas ventanas como la de encima del fregadero de la cocina, porque quería ver el jardín desde cualquier rincón. Ahora, tenemos el exterior siempre metido en casa. Es una maravilla, con los pajaritos cantando, las ardillas correteando...". 

6.

Espacios confortables

Espacios confortables

Mesa de Mercantic. Plaid de Libeco y lámpara en Matèria. Portavelas de Catalina House. Fundas de lino lavado.

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Era otra de las prioridades de Elena: quería que los espacios se vieran desahogados. "En el salón no puse ni una pieza de almacenaje. Quería una decoración limpia de cosas, muy simplificada. Por eso reuní todo el almacenaje en la cocina. Con la alacena, que la repinté para darle este aspecto envejecido, y la gran isla con cajones".

7.

Cocinar con vistas al jardín

Cocinar con vistas al jardín

La cocina es de Santos, el modelo Line-E en Estudi Ferran. Electrodomésticos de Neff. Taburetes de Tierra Extraña.

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Para la cocina, la interiorista apostó por una cocina moderna blanca sin tiradores, chic y atemporal a la vez. "Yo soy muy cocinitas y cocinar aquí, con estas vistas, ¡es un lujo!", se sincera Elena. "Además, la luz baña este espacio y es de lo más agradable", añade.

8.

Una cocina con todo

Una cocina con todo.

Mobiliario, modelo Line-E, de Santos, en Estudi Ferran. Encimera de Neolith Pietra de Piombo. Apliques en Maisons du Monde. Taburetes de Tierra Extraña. Electrodomésticos de Neff.

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En la línea de toda la casa, la cocina es amplia... y se nota amplia. Los grandes ventanales la inundan de luz y todo el almacenaje se ha reunido en la isla central, que cuenta con una zona de desayuno, y en la pared de armarios, que integra también los electrodomésticos. 

9.

El estudio, la sala polivalente

El estudio, la sala polivalente

La librería es un diseño de la decoradora realizada por Ebanista Jorma Design y la butaca es de Paola Navone.

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Una gran librería lacada en blanca preside la estancia más versátil de la casa. "Es el rincón de lectura y de ocio, pero también de trabajo, pues es donde mi marido tiene su despacho", explica la decoradora.

10.

Juntos, pero no revueltos

Juntos pero no revueltos

Chaise longue con funda de Becara y velador de Azul-Tierra. Alfombra de La Maison y puffs de Jaime Beriestain.

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Elena no quería compartimentar los espacios, porque se verían más pequeños, pero usó los pasos abiertos para diferenciar los ambientes, como en la zona de despacho, separada visualmente de la de lectura. 

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Un toque actual

Un toque actual

Mesa de cristal, de diseño italiano, y silla de Catalina House. La lámpara es de Becara, en Azul-Tierra.

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"Me gusta poner alguna pieza actual, para crear contraste, pero siempre tiro hacia mi estilo, que es un rústico contemporáneo", explica Elena. Y buena prueba de ello es la zona de despacho, con su mesa de cristal de diseño italiano. 

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La estancia fetiche

La estancia fetiche

Butaca de Becara. Lámpara de piedra, de Lucca. Plaid de La Maison. Cojines de Catalina House y La Maison.

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"En el dormitorio es donde mejor y más en paz estoy. Con suelos y muebles de madera, y paredes y textiles blancos, más algún pequeño toque de color, ha quedado muy sereno. Con el sol de tarde es superrelajante”, explica Elena. 

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Un lavamanos XL

Un lavamanos XL

Lavamanos diseño de la decoradora y realizado por Jorma Design. Cestos de Matèria.

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Elena se ríe cuando recuerda las anécdotas que generó este lavamanos. "Me decían, bromeando, que no estaba haciendo un lavamanos, sino un abrevadero. Pero yo lo quería así de grande, ¡tan cómodo!". Está realizado con microcemento

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Una gran ducha de obra

Una gran ducha de obra

Mampara de Duscholux. Griferías de Roca. Escalera y bandeja, de Tierra Extraña. Cesto de toallas, de Azul Tierra.

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Es cómoda y enorme, como el lavamanos, y se ha revestido toda de microcemento, como el resto del baño, sin límites y sin juntas, en un color piedra muy natural. Llega la hora de irse y Elena nos despide en este baño de ensueño, con la puesta de sol entrando por la ventana y reflejando la luz en su casa de ensueño. 

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