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1.

Una entrada triunfal

Como un tubo, con una ventana en cada extremo y el centro oscuro. Así era este piso, antes de ser reformado por el Estudio Meritxell Ribé. "Era el típico piso de los años 50, con solo dos entradas de luz natural", dice, y un largo pasillo que llevaba a muchas habitaciones. Pero la construcción era buena y había que sacarle partido.

Cómoda antigua de madera de pino, en el estudio de Meritxell Ribé. Bandeja y jarrones de Côté Decó.

2.

¿Obejtivo? Ganar metros

Tanto Meritxell Ribé como su socio Josep Puigdomènech, ambos directores del proyecto, tenían una consigna clara: “Ganar metros y luz, sin afectar a ninguna pared maestra”. Es decir, tirar tabiques, hacer desaparecer pasillos, abrir puertas acristaladas (alguna de ellas correderas) e inundar el piso de claridad.

Cómoda de madera de pino, en el Estudio de Maritxell Ribé. 

3.

Molduras recuperadas

“Procuramos mantener las molduras y detalles originales, pero hicimos algunos cambios para aportar modernidad y frescura”, dice Meritxell. 

4.

Suelo, alfombras y textiles que multiplican la luz

El pavimento original, de tablillas oscuras, se cambió para instalar un suelo de roble blanqueado, más actual, con alfombras claras en todas las estancias para potenciar la luminosidad y delimitar ambientes. Y tanto los muebles como las telas son de tonos neutros para lograr estancias serenas.

Sofás del estudio de Meritxell Ribé, como la mesa de centro. Los pufs son de Sacum.

5.

Una chimenea recuperada

La antigua chimenea de mármol fue sustituida por una de piedra recuperada de otra obra del Estudio Meritxell Ribé en fase de derribo y la boisserie de la biblioteca, de castaño oscuro, se lacó en color blanco, como el resto de la carpintería de la casa.

6.

Una nueva distribución

A la hora de redistribuir las estancias, Meritxell y Josep ubicaron en un extremo del piso los dos salones, junto al comedor y la cocina. Y, en el otro, toda la zona de noche con varias suites con sus correspondientes baños y vestidores, una de ellas con despacho.

Bajoplatos de Coton et Bois. Individuales de Matèria y vailla y cristalería, de Sacum.

7.

Una casa inteligente

Aprovechando que se tenían que hacer obras, se diseñaron las instalaciones y se integraron tanto la climatización como las persianas y la iluminación en una instalación domótica que hace que el piso sea mucho más confortable. Esta instalación puede ser controlada por los propietarios desde sus smartphones o tabletas. También cuenta con un salón que se convierte en cine con solo pulsar un botón, perfecto para disfrutar en familia o con los amigos.

Mesa de madera, alacena y sillas tapizadas de lino, del estudio de Meritxell Ribé. Lámpara de techo, de Flos. 

8.

Una cocina blanca, verde y en madera

La mesa del office se ha colocado como una prolongación de la isla de la cocina, aunque es independiente. El efecto se consigue gracias a que se ha empleado el mismo acabado en la madera. La pared se ha revestido con un papel pintado con textura en verde, que no resulta cargante gracias al puro diseño de los muebles de cocina.  

Mesa de office de Ethnicraft y sillas de Santa & Cole, como la lámpara. Boles de madera y campanas de cristal de India & Pacific.

9.

Una cocina blanca y sin tiradores

Para compensar la fuerte presencia del papel pintado y la madera de la isla y el office, la cocina se ha diseñado limpia, sin tiradores y en color blanco. 

Mobiliario de Santos, según un diseño de Meritxell Ribé. Taburete de Andreu World.

10.

Un descanso supercálido

El mismo roble empleado para el pavimento se ha utilizado para la pared de cama, consiguiendo un efecto cálido y acogedor, potenciado por el cabecero tapizado a rayas en capitoné. El panel se ha colocado de pared a pared, pero a media altura, de forma que se potencia la sensación de que la habitación es más ancha. Se ha empleado un color oscuro con las paredes, que se compensa con la ropa de cama, de tonos neutros, suaves y claros. 

Cabecero en capitoné y banquetas, tapizadas con tela de Designers Guild. 

11.

Una serena luz que cae

Meritxell Ribé optó por colocar sendas lámparas de techo colgantes en lugar de unas de sobremesa o apliques. En cambio, esta solución libera el espacio y lo dota de un aire tranquilo, sereno y sosegado.  

Mesita de noche, modelo Nordic, de Ethinicraft. Lámpara de techo, de Arturo Álvarez. Funda nórdica y cojines de Matèria y plaid de Sacum.

12.

Dos sinfonieres en el dormitorio

Para garantizar el almacenaje, Ribé hizo uso de dos esbeltos sinfonieres decapados que, en madera natural, destacan apoyados en la pared empapelada con un papel pintado azul oscuro.  

13.

Un cómodo rincón de estudio

El dormitorio se comunica el estudio, decorado con sumo cuidado y con espacio suficiente tanto para trabajar como para guardar papeles, archivadores y libros. 

Tablero de tres metros hecho a medida. Alfombra de fibra natural de Sacum.

14.

La decoradora

Meritxell Ribé es la interiorista responsable, junto a su socio Josep Puigdomènech, de este proyecto.