Abran paso a las mujeres empoderadas. A las que se atreven a empezar, una y otra vez, una nueva vida. A las que se animan, las veces que sea, a reconstruirse y hacer, junto con ellas, una casa nueva. Así es Carmen Tarazona, pintora, madre, mujer, ¡y lectora de El Mueble! Alguien que ha empezado otra vez y que pasa mucho de su tiempo entre mujeres: en el taller que comparte con otras artistas, y en su nuevo hogar junto a su hija mayor, para el que se ha inspirado en nuestra revista. Este es como ella, un universo femenino, que transmite delicadeza, y también su historia y su presente. “Una casa con muchas telas, tapices, detalles”, nos comenta.

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1.

Un piso actualizado

Carmen Tarazona, pintora ¡y lectora de El Mueble! y su hija mayor, que vive con ella, se han inspirado en las ideas de El Mueble para redecorar el nuevo piso que se han comprado. Así, se basaron en reutilizar gran parte de los muebles y objetos que Carmen traía del anterior piso, y lo actualizaron por completo. "Mis hijos son mayores y empecé una nueva vida. Con el mayor independizado, vine a este piso hace un año con mi hija. La casa tiene unos 100 metros, está rodeada de parques, y en él hemos creado un entorno muy femenino... Soy pintora y tal vez por eso siempre busco armonía, incluso me gusta que toda la casa parezca una composición", explica quien no teme a una palabra que por aquí nos encanta: reutilizar.

2.

De madera y resistente

Carmen traía de su vida anterior sus objetos más queridos y, gracias a todo lo aprendido en las páginas de El Mueble, las musas de la inspiración decorativa la visitaron y logró su objetivo. "En el balcón pusimos pavimento de madera y muchas plantas. Usamos un material que imita la madera y que es muy resistente. Quedó coqueto, disfrutamos del exterior, de las vistas, y también parece dar profundidad al salón", nos cuenta. 

Sofá y estores, en Matèria. Butacas, en capitoné, en Coton et Bois. Mesa de centro y mesa auxiliar, en Becara. Lámpara de pie, en Sacum.

3.

Salón blanco y luminoso

"El arrimadero blanco del salón lo puse para dar unidad a la casa. Tenía piezas diferentes que venían de la otra casa, y me pareció una manera de poner un marco y de unificar los diferentes muebles. También elegí el blanco para que conjuntara con la librería blanca del salón", nos explica. ¡Se nota que sus ideas han salido de El Mueble!

4.

La clave: reutilizar

"Necesitaba dar unidad a todas mis cosas en esta nueva casa, encontrar la armonía, por lo que busqué elementos que las unificaran. Tenía todos los muebles de mi anterior piso y quería volver a utilizarlos, unir mis piezas más queridas, los retales de mi vida. No hice obra, solo actualicé", nos cuenta, emocionada con el resultado. Y añade: "Los estores en realidad eran las cortinas de lino de mi casa anterior. Las mandé recortar para aprovecharlas porque la tela de lino era muy buena, y también para disfrutar de las vistas del parque, no las quería tapar con una cortina clásica". 

5.

Colores suaves

En todo el salón y en general, en el resto de estancias de la casa predominan los colores beige, blanco y crema. 

Los cojines son de Matèria, excepto el de lores, que fue un regalo. Los jarrones y la bandeja de mimbre son de Sacum.

6.

Cambio de distribución

"El comedor lo colocamos así para aprovechar espacio, una de las máximas de todo el piso. El comedor también es una combinación de piezas: mesa contemporánea, sillas de mimbre y una lámpara clásica", matiza. 

Sillas, de Vinçon. Mesa, de Cado. Mantel, de La Maison. Lámpara de pie, en Sacum. 

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Segundas oportunidades

detalle mesa de comedor 00438274 O

"Por suerte, conté con la valiosísima colaboración de mi amiga aparejadora Lali Maestre. Con eso y vuestras ideas, ¡me inspiré!”. Retal por aquí, retal por allá, recortó cortinas, pintó muebles, reutilizó cabeceros y ¡hasta desarmó y volvió a montar de nuevo un vajillero entero! Empezó de nuevo. Y sin miedo.

8.

Una vitrina-vajillero empotrada

"La había mandado hacer a medida en mi casa anterior para aprovechar un hueco. Me encantan las vajillas y muchas de las piezas que tengo son herencia familiar. Le puse tela de gallinero, juegos de café... Y cuando me mudé a esta casa no quería perderla, así que la desmonté entera y la realidad es que esta vez lo que mandé a hacer fue el hueco para volverla a tener conmigo", continúa.

9.

Un clásico en el recibidor

“Elegí un buró con aspecto antiguo como mueble de recibidor, y a la vez me sirve de escritorio”, narra la propietaria y seguidora de nuestra revista. 

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Una cocina con vocación atemporal

cocina clásica de color blanco 00438276 O

Para la cocina, Carmen se decantó por la atemporalidad y la calidad de las Cocinas Santos. Y, además, en color blanco y con un diseño de los frentes con molduras, asegura que no pasa de moda, así como la luminosidad. 

Mobiliario, de Santos. Taburetes, de Ikea. 

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Espacios multiusos

“El office es uno de los grandes aciertos de mi piso. La mesa a medida aprovecha un hueco en una columna. Aquí desayunamos, tomamos café... y también es mi mesa de trabajo”, añade. 

Mobiliario, de Santos. Taburete, de Ikea. 

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Aprovechando el espacio

detalle cocina clasica con muebles blancos 00438277 O

Toda la casa cuenta con grandes soluciones, como la barra colgada en el antepecho, que sirve para colgar los utensilios de más uso. 

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Dormitorio en contraste

En el dormitorio principal las paredes están pintadas de un color arena, mientras que los techos están pintados de blanco. Así visualmente la habitación se ve más elevada. 

Cabecero, diseñado por la propietaroa. Funda nórdica, de Filocolore. Plaid verde, de Sacum. Apliques, de Biosca&Botey. Cuadro, de Carmen Tarazona.

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Un marco blanco

“Reseguí toda la casa con un zócalo blanco. Me sirve para unificar colores y paredes, crea como un marco. Será porque soy pintora y me gusta transmitir la idea de conjunto”, continúa explicándonos. En el dormitorio, planificó un gran armario blanco que suma amplitud y llena la estancia de luz. 

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Una escalera reutilizada

"La compré en La Maison. Tengo muchísimos collares y los guardo todos, los que tengo desde jovencita, y cuando me mudé de casa ¡los metí en una bolsa y se me enredaron todos! Encontré esta escalera y le di este fin. Así, cuando me levanto y veo qué me voy a poner, busco el collar del material y el color adecuado", dice. 

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Cabecero actualizado

"Todo el cabecero-arrimadero del dormitorio principal (con mesillas de noche, puntos de luz…) es una pieza que viene de mi casa anterior, tuvimos que retocarla y dejarla a la medida de esta nueva habitación. La adaptamos y le agregamos las mesillas, que están en voladizo, no pisan el suelo", añade. 

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El dormitorio juvenil

“El piso estaba pintado de amarillo, pero decidí apostar por colores serenos, que combinaran con los muebles. En la habitación de mi hija simulé un arrimadero con dos colores”, nos cuenta. 

Silla, puf y alfombra, en Sacum. Baúl, de Ikea. 

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Un baúl-mesilla

“En la habitación de mi hija, un baúl de mimbre hace de mesilla y le da un aspecto más romántico”, finaliza. 

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