La nueva-vieja casa La historia de esta casa es muy bonita: Marisa y Carlos, los dueños, la compraron como lugar de disfrute en teoría para toda la familia, en realidad ¡para ellos! Ahora que los hijos han volado, es su refugio particular. Ventana nueva, vida nueva “La casa era la antigua rectoría del pueblo. Cuando me llamaron estaba muy estropeada, con un gotelé y azulejos anticuados… pero se notaba que la estructura era muy bonita. Sobre todo, faltaba luz”, cuenta Catalina Alós, autora de la rehabilitación. Lo primero que hicieron fue tirar paredes para abrir y dejar pasar la luz. Estos arcos eran los bajos de una terraza, los abrieron y pusieron carpintería de hierro a medida. Consola, de Acomodo. Lámpara, de Miguel Milá. Puertas de hierro, de Jaume Bagué. Un look natural ¿Qué tienen las cosas sencillas, bien hechas, que sin embargo nos acaban pareciendo atractivas y elegantes? Algo así le ocurre a esta casa. “Parece que no le hayamos hecho nada. Su look es muy natural, pero para conseguir esta belleza ¡trabajamos mucho!”, se ríe ahora Catalina Alós. Abierta al exterior Una de las premisas de la reforma fue abrir el interior al exterior, lo cual se hizo en varios puntos y conectando lo de dentro y lo de fuera con unos grandes ventanales a la medida de los arcos originales. Butacas de mimbre, de Crimons. Un salón más luminoso Gracias a las cristaleras, el salón se volvió más luminoso. Para aprovechar la luz, el salón y el comedor se pusieron uno junto al otro. Sofás, de Gemma Berenguer. Lámpara, de Chamusquina. Butacas de mimbre, de Crimons. Mesa auxiliar, de India & Pacific. Un rincón con alma Entonces, ¿cómo hizo para cambiarla sin que pareciera que había pasado por ahí una apisonadora, y sobre todo para seguir fiel a su esencia? Con las ideas claras, y un mantra: tonos suaves, materiales originales y mucho mimo. Así es como han hecho que esta casa tenga en su sencillez ¡su mejor vestido! Los techos están pintados con pintura a la cal. En la pared, es un tono harina tostada, lo que contribuye al aspecto rústico, natural. Espejos de bambú, figura de caracol y jarrón de madera, de Sacum. Suelos y puertas como nuevos "Sacamos todo el revoco y recuperamos los suelos antiguos. Debajo se puso calefacción radiante. Las puertas antiguas también se recuperaron", nos cuenta Alós. Mesa, de Vicenç Gelador. Sillas, de Acomodo. Se mantuvo la chimenea Una de las máximas de esta reforma fue mantener la esencia y muchos de los elementos originales de la casa. Uno de ellos es esta chimenea, que ahora actúa como elemento decorativo gracias a las damajuanas y otros adornos, que combinan con el cuadro que la corona. El comedor La casa era muy oscura y la dueña deseaba ganar luz. Los colores claros, arena, de las paredes fueron una manera de conseguir una casa más luminosa. Mesa, de Vicenç Gelador. Sillas, de Acomodo. Mantel, de Catalina House. Jarrones, de India & Pacific. Una cocina "de campo" Movieron la cocina de sitio y ese fue uno de los grandes cambios de la obra. Los muebles los hizo un carpintero de la zona y aportan su toque rústico. Lámpara, de Chamusquina. Apliques, antiguos. Trapos de Zara Home. Hidráulicos En el antepecho de la cocina se han puesto hidráulicos recuperados, de Rajoleria Llensa. El dormitorio Las puertas del armario son recuperadas. Las vigas vistas, por cierto, son falsas. "La inclinación era muy exagerada, para matizarla pusimos Pladur y las vigas decorativas. Las maderas se colocaron juntas para que quedara con un look más auténtico", explica Cati. Ropa de cama y cojines, de Filocolore. El salón del piso superior En el segundo piso, se planificó un estar relajado, que huye de los artificios y que sigue la misma estética que el resto de la casa. Para dejar que luz la traspasara, se colocó una pared acristalada y, para darle un look más relajado, se combinaron las fibras y la madera con blanco y azul. Con look antiguo Los baños son todos nuevos, la casa no tenía. Aquí usaron una pila antigua que incrustaron con microcemento. El suelo es un hidráulico recuperado. Pila antigua, de Rajoleria Llensa. Grifería, de Rovira. Toalla y bandeja, de Catalina House. Un baño que no renuncia a su esencia Este baño también se adaptó a la arquitectura original de la casa. Con la zona del lavamanos encastrada en la pared, queda completamente delimitada. Y, en vez de colocar un mueble, para no perder ligereza ni su estilo rústico, se eligió una tabla de madera en la que va colocada el lavamanos sobreencimera. Qué fresquito Antes la casa no estaba conectada con su exterior. Las nuevas ventanas han logrado que mire al jardín ¡y se llene de vida! El paisajismo fue realizado por Mónica Martí. Cesto, de Sacum. Sombrero, de Dr. Bloom. Muebles de jardín, de Antic Centre. A gusto todo el año La hiedra da a la fachada de la casa una capa protectora ecológica. En verano refresca la casa y en invierno ayuda a que no se enfríe. Plantas aromáticas y todas las macetas del jardín, de Jardiland. Si quieres estar al día de todo lo que publicamos en www.elmueble.com, suscríbete a nuestra newsletter .