1 /15

1.

1. La casa Km 0

Andrea y su marido lo tenían claro cristalino: su casa iba a ser sostenible y natural. Y con la colaboración del arquitecto Damián Ribas lo lograron. El porche es un buen ejemplo: "Es una cubierta plana de materiales ligeros y acabados de madera. Además, al refrescarse sola, hace que la casa sea más sostenible y conecta interior y exterior”, explica Damián. Bajo esta pérgola única se instaló el comer de verano y una zona de chill out.

2.

Un chill out al fresco

Un banco de obra aprovecha el rincón de este amplio porche para crear un agrable chill out. La pérgola se ha completado con unas cortinas de fibras naturales, enrollables, que dan un extra de calidez a este espacio.

3.

¿Nos fusionamos?

"En el salón, los grandes ventanales nos hacen sentir que estamos fuera. Puedes estar dentro leyendo, pero es como si el paisaje entrara. Incluso en invierno es ideal”, explica Andrea, la propietaria de esta casa. La elección de un mismo pavimento para interior y exterior, en este caso microcemento, refuerza aún más esta sensación de "sin barreras". La mesa está realizada a medida. Lámpara de techo, en Matèria y la butaca blanca, en Catalina House. Toda la casa, aquí.

4.

2. Una casa enamorada del mar

Con un abrumador paisaje exterior, en esta casa menorquina sólo existía una fórmula posible: dejar que éste entrara en casa. Cortinas de Patchmon. Cojines blancos con rayas azul marino, de Platero. El resto procede de El Meu Coixí.

5.

Un exterior completo

Aquí los días transcurren en el porche-terraza, donde hay sitio para todo: un salón perfecto para sobremesas, siestas y noches bajo las estrellas y un comedor vestido hasta el último detalle. La mesa es de Azul Tierra y las sillas, de un mercadillo de Verona, Italia. Cojines de El Meu Coixí y alfombra redonda de Aquitania.  

6.

¡Mar a la vista!

Con estas vistas espectaculares era obvio que había que aprovecharlas al máximo. El mar se puede ver desde muchos espacios de casa: el salón, la cocina e incluso desde el estudio que puedes ver en el artículo completo de esta casa junto al mar.

7.

3. La casa que mira al monte

Literalmente. Porque esta casa está rodeada de verde por los cuatro costados. Y al fondo, el monte. Y esto no es casual, ya que sus propietarios, Rafa y Blanca, es lo que andaban buscado: dejar atrás el asfalto de la ciudad y cambiarlo por el césped del jardín y de un entorno natural de excepción. De ahí que la casa se abra a su exterior mediante grandes ventanales. 

8.

De picnic en el jardín

Y es que cuando cuentas con un jardín que parece un prado, ¿quién se resiste a comer en el exterior? Y si es a la sombra de los árboles, mucho mejor. Las sillas y las butacas de mimbre, y la vajilla son de Mujika Interiorismo. El mantel procede de Itziar Unzurrunzaga. 

9.

Rústica, pero no tanto...

El interiorista Iñaki Mujika actualizó la decoración de esta casa para hacerla más moderna, sin renunciar a su esencia rústica. "Me llamaron porque querían que la casa resultara más luminosa y también para dar un toque más relajado a un estilo rústico que era serio", nos cuenta. Los sofás y la lámpara de pie son de Mujika Interiorismo. La mesa de centro es de Ethnicraft y las mesitas de Ámbito. Todo, en Mujika Interiorismo. Si quieres ver el resto de la casa, la encontrarás en este enlace.

10.

4. Para vivir en el exterior

Y no es para menos, porque esta casa situada en la Serranía de Ronda cuenta con cuatro hectáreas de terreno, con árboles frutales y olivos centenarios. Y claro, diferentes ambientes para aprovechar al máximo el clima mediterráneo, como este comedor de verano de ensueño que mira al monte, donde Gerard y Carlos, los propietarios, hacen muchísima vida. Sillas modelo Panton blancas de Casa y Campo y mesa de madera y hierro realizada por los propietarios.

11.

De alberca a piscina

Los propietarios transformaron una antigua alberca en una piscina, y para reforzar esta sensación zen, le añadieron una gustosa caída de agua. Se pintó de blanco, integrándola con los muros encalados. Los farolillos son de El Trastero de Macarena.

12.

Nuestro patio privado

Durante los meses más calurosos, este patio con una refrescante fuente es uno de los rincones preferidos de los propietarios, que se relajan al fresco abrazados por el jardín. Basta abrir las puertas del comedor para que el relajante sonido del agua entre casa. Un lujazo. La mesa y las sillas del comedor son de un anticuario y la alacena, de Becara. No te pierdas el resto de la casa

13.

5. La casa (y los exteriores) soñada

 “Antes vivíamos en un piso. Pero mi marido empezó con que necesitaba tocar tierra, tener un huerto. Es verdad que somos muy de naturaleza y de animalitos. Y no había quien lo convenciera de otra cosa”, nos cuenta Ingrid. No es casual que la casa cuente con varios espacios para el disfrute de la naturaleza, entre ellos este salón, cuya cubierta de hiedra forma una cortina natural que da frescor y un encanto especial. Banco en "L" realizado de obra y butaca de Passi.   

14.

Resguardados por la pérgola

Si uno de los porches de la casa se dedicó a estar, en otro se habilitó un completísimo comedor de verano donde reunir a amigos y familiares. Aquí, como en el estar, también se ha optado por cubiertas vegetales. Y es que en esta casa, la naturaleza nunca se pierde de vista. Ni desde el exterior ni desde dentro de casa. Mesas y bancos diseño de la propietaria, que es además decoradora.

15.

Abierta al jardín

La naturaleza, tan importante para Ingrid y su marido al planificar su casa, también está presente dentro de la casa. Todos los espacios se abren al exterior mediante grandes ventanales que funden los interiores con su entorno de lujo. Los sofás son de Ikea y la mesa de centro y las lámparas de sobremesa proceden de Côté Déco. En este enlace podrás ver toda la casa. 

Si la belleza está en el interior, estas cinco casas son de belleza reversible. Porque, sin ánimo de parecer superficiales, ¡sus exteriores son de flechazo! Ya sea en la Sierra de Ronda o a un paso del mar en el Baix Empordà, estas casas han sabido abrirse a su entorno natural de excepción para que, incluso desde dentro, el jardín forme parte del día a día de sus propietarios.