"Esta casa es una de las de más antigua construcción del Valle de Arán, por ello tiene ventanas pequeñas y les entra poca luz. Las maderas, como en las casas de montaña de antes, eran oscuras”, nos explican Anna Mercadé y Sergi Peña, los interioristas a cargo de la remodelación de este hogar de montaña. Y es que esta casa ha sido una especie de segundo amor para sus dueños, un refugio de montaña donde descansar, relajarse... en primavera, verano, ¡y por supuesto en invierno! Ya está lista para recibirlos, cálida y gustosa.