“Cuando haces obras en un ático hay que aprovechar las vistas, aunque renuncies a otras cosas”. Es una de las primeras confesiones que nos hace la decoradora Marta Torres, pero viendo esta casa cuesta creer que se haya renunciado a nada. Pertenece a una pareja, Alicia y Juan, y a su hija adolescente, Claudia, para los que Torres ha creado un refugio luminoso y de sueño que es también un hogar funcional y moderno.
Como suele hacer en sus proyectos, Marta decoró con la reforma: los muebles del salón fueron diseñados a medida en microcemento, y veremos ese material y, sobre todo, ese tono de gris por varios rincones. También veremos y mucho que todo tiene su lugar, como en el dormitorio de la joven Claudia y sus miles de posibilidades: el armario empotrado a un lado y la cama-sofá de obra dejan espacio para transformar la habitación según ella desee.
Aunque la verdadera protagonista de la casa es la cabaña de madera que sirve de dormitorio, vestidor y baño para sus padres. La unidad de materiales es la clave de la suite. Por un lado, las líneas rectas del hierro (de Metalistería Jofré) siguen por el techo desde el baño hasta la terraza y crean un espacio muy acogedor. Por otro, el gran mueble es de madera de pino reciclada, un material al que Marta saca sus mejores resultados.
Jugando con ambos, madera y hierro, ha conseguido un tocador con lavabo impresionante en el que unas tuberías antiguas sostienen las baldas arriba. Abajo, dos cajones grandes y una larga pila (¡casi 2 metros!) de hierro natural de chapa doblada y barnizada. Marta lo llama ‘el abrevadero’. ¡No podría gustarnos más!
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