Cuando apareció, el plástico supuso una auténtica revolución. Y ahora se ha convertido en parte de nuestras vidas. Allá donde miremos hay plástico: en los electrodomésticos, los muebles, las bombillas, las tuberías… En muchos casos, su uso es inevitable, siempre que lo hagamos de una manera responsable y eficiente. Pero también hay otros muchos objetos y productos de nuestra vida cotidiana que contienen plástico y no somos –ni de cerca– conscientes. 

1 /9

1.

Bolsitas de las infusiones

Bolsitas de las infusiones

Vale, sí, muchas están hechas de papel, pero algunas van tratadas con blanqueadores como la dioxina o epiclorhidrina; y otras son de fibra de bambú, rayón, termoplástico o polipropileno. Las más modernas, esas que tienen forma piramidal, están hechas con nylon. La peor opción, ya que, con el agua hirviendo puede soltar polímeros. Lo afirma el Dr. Ray Fernando, profesor y director de polímeros y recubrimientos en Cal Poly San Luis Obispo. ¿La mejor alternativa? Comprar las infusiones a granel y utilizar coladores o filtros de acero inoxidable. Además, te sabrán mejor.

2.

La corteza de algunos quesos

La corteza de algunos quesos

Entre los ingredientes regulados para recubrir los quesos están las ceras, parafinas, materiales poliméricos con o sin colorantes y aceites minerales especialmente preparados y autorizados para el recubrimiento de la corteza. Se ponen para evitar que salga moho y suele venir indicado en la etiqueta. Pero si quieres asegurarte, introduce la uña en la corteza y si sale una capa plastificada es que está hecha con materiales artificiales y no deberías comértela

3.

Latas de bebida y conservas

Latas de bebida y conservas

Lo mismo con las chapas de las botellas. Están fabricadas con aluminio, pero en su interior llevan una capa de resina epoxy que protege la bebida o alimento para que no se altere su composición o se oxiden con el metal. Según la Agencia española de consumo, seguridad alimentaria y nutrición, en bajas dosis no es perjudicial para la salud. Aun así en Francia está prohibido su uso desde 2015. Así que lo mejor es evitarlas en lo posible. Mejor un zumo o conservas en cristal.

4.

Los tickets de la compra y de los cajeros

Los tickets de la compra y de los cajeros

Y también las entradas de cine. Vamos, todos a los que, con el paso del tiempo, se les borra la tinta. Aunque están hechos de papel, están recubiertas de una capa de bisfenol-A (BPA), un conocido disruptor endocrino, responsable de graves enfermedades de carácter hormonal y diversos tipos de cáncer. Así lo confirma un estudio de la Universidad de Granada. ¿Lo peor? Que es casi imposible evitarlos. Lo único que puedes hacer es desecharlos cuanto antes. 

5.

Pasta de dientes, protectores solares y otros cosméticos

Pasta de dientes, protectores solares y otros cosméticos

¿Te suenan los microplásticos? Pues si ya sabíamos que estaban presentes en detergentes y suavizantes, resulta que también lo están en algunas pastas de dientes, exfoliantes, cremas solares y otros cosméticos. Estos microplásticos son conocidos como microbeads, micropartículas o microperlas y tienen un tamaño muy pequeño: entre 0,004 y 1,24 mm. Y ya no es solo que nos los comamos –involuntariamente– al lavarnos los dientes, sino que la mayoría acaba yéndose por el desagüe y contaminando ríos y mares. En países como Estados Unidos, Canadá, Francia o Suecia los han prohibido

6.

Los tampones

Los tampones

Además de contaminar muchísimo, los tampones desechables no son completamente de algodón como en realidad pensamos. La cuerda es de algodón trenzado con polipropileno, el hilo es de poliéster y algunos tienen una fina tela de polietileno y polipropileno. La copa menstrual o las compresas de tela son una opción que cada vez más mujeres eligen. 

7.

Los chicles

Los chicles

Hasta hace poco se hacían con la savia de un árbol tropical llamado chiclero, de ahí su nombre. Actualmente, se emplea caucho sintético con base de butadieno, acetato de polivinilo o ceras derivadas del petróleo. ¿Verdad que ahora suenan mucho menos apetecibles?  

8.

Casi toda tu ropa

La mayoría de tu ropa

Si te fijas con atención en todas las prendas que tienes, lo más probable es que pocas estén confeccionadas solo con algodón, lino, seda o lana (todos tejidos naturales). La mayoría incluyen algún derivado del petróleo, como poliéster, poliamida, elastano o acrílico. Además de ser perjudiciales para nuestra piel y nuestra salud –según indica un estudio de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona)–, cada vez que las lavamos desprenden microplásticos que acaban en los océanos. De hecho, un tercio de ellos proceden de la ropa, tal y como confirma un estudio de la Institución de Ingenieros Mecánicos (Institution of Mechanical Engineers, en inglés). 

9.

Ropa de cama y otros textiles del hogar

00501559 O

Pasa lo mismo que con la ropa, tal y como te hemos explicado. Son perjudiciales para nuestra salud y para el medio ambiente. Lo mejor es elegir sábanas confeccionadas en tejidos naturales, como algodón o lino. Si necesitas ayuda para elegir las sábanas, aquí te damos varios consejos

Las bolsas de las infusiones, tu barra de labios favorita, la corteza de los quesos o la chapa de las botellas de cristal contiene plásticos. De hecho, hay un estudio de los Anales de Medicina Interna que confirma estos datos. Después de analizar las muestras de ocho personas se identificaron hasta nueve tipos de plásticos distintos en sus heces, siendo el polipropileno y el tereftalato de polietileno los más abundantes.

En países como Estados Unidos o Francia, se ha prohibido su uso en determinados productos de consumo humano. Aunque en España, la legislación aún no lo regula, hay muchas opciones para ir eliminando estos productos por otros más ecológicos –y mejores para nuestra salud– poco a poco. Los productos a granel, discos desmaquillantes, compresas de tela, la copa menstrual o la ropa confeccionada con tejidos naturales son una alternativa con más adeptos cada día. Si tienes dudas, aquí te proponemos 50 alternativas al plástico. ¡Todo es empezar!