No todas las cocinas blancas son iguales. Puedes optar por un estilo nórdico, moderno, de líneas rectas, minimalista o rústico, de esas que tanto nos gustan. Las combinaciones de este tono con otros colores y materiales es casi infinita: muebles en blanco con la encimera en madera, de granito oscuro o de Silestone; un total look blanco animado con un bonito vinilo en la pared; o intercalar algún armario en un color más impactante.
El estilo por el que te decidas dependerá de tus propios gustos y del resto de la decoración de tu hogar. Si te gustan los ambientes rústicos y románticos lo mejor es que te decidas por muebles de madera pintados en blanco, especialmente los que juegan con un acabado decapado. Si te gustan los ambientes un poco vintage, podrás combinar los muebles con elementos en vidrio o en madera. Y si tu casa es contemporánea, ¿qué tal el lacado?
Se trata de crear una base neutra para ir aportándole estilo y personalidad con los complementos y elementos prácticos y decorativos, como utensilios, menaje, alicatado, suelos, encimera, electrodomésticos, cortinas, pintura de las paredes... Estos "accesorios" son más fáciles de renovar que el mobiliario, cuya instalación conlleva más obras y gastos.
El mobiliario blanco puede presentar diferentes acabados: mate, satinado, brillante, lacado o pintado, con molduras, listones o cuarterones, blanco total o blanco roto, con o sin tiradores... Y la elección de estos matices contribuirá, y mucho, al aspecto de la cocina. Si este tono te parece atemporal, pero un poco frío, dale calidez con una iluminación puntual sobre las áreas de trabajo, lámparas de suspensión y leds de luz cálida.
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